Limpia las persianas de tu cocina en pocos minutos sin necesidad dejar de estar frente a estas

Este accesorio es muy cómodo para estar a resguardo de las miradas, pero es el infierno para limpiarlo

persiana
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Limpiar las persianas de la cocina puede ser una de esas tareas que muchos evitan por parecer tediosa, pero, sobre todo, dificil y arriesgada al ser bastante compleja de realizar en pisos de ciudad.

Sin embargo, existe un truco sencillo y rápido que puede hacer que esta tarea sea mucho más llevadera, permitiéndote dejar tus persianas impecables en cuestión de minutos.

Este método ha ganado popularidad por su efectividad, y lo mejor es que no necesitas herramientas complicadas, solo un poco de ingenio que te ayude a tirar de sentido común y de lógica aplastante.

Desde el cajón

La manera ideal de limpiarlas es hacerlo desde el lado que se está higienizando, pero eso a veces no es posible. Por ello, hay que actuar desde el cajón en el que se almacena la persiana enrollada y que se encuentra encima de esta.

El cajetín en el que se encuentra se abre con una tapa superior retirando solamente unos pequeños tornillos.

Una vez abierta la persiana, bájala solo hasta donde puedas acceder cómodamente a las lamas que desees limpiar. No es necesario bajarla por completo, solo lo suficiente para trabajar con facilidad.

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Luego, se puede usar una aspiradora para eliminar el exceso de polvo y suciedad acumulada tanto en las lamas como en el cajón, si es accesible. Si no puedes llegar con la aspiradora, puedes usar un cepillo de cerdas suaves para esta tarea.

Después, llena un recipiente con agua tibia y añade unas gotas de jabón suave o detergente líquido. Humedece un paño de microfibra en esta mezcla y limpia las lamas de arriba hacia abajo, evitando que el agua y el jabón escurran sobre las áreas ya limpias.

Para zonas difíciles de alcanzar, como esquinas, puedes usar un cepillo de dientes viejo humedecido en la misma mezcla de agua y jabón. Si encuentras manchas persistentes, mezcla agua tibia con dos cucharadas de vinagre blanco para ayudar a desincrustar la suciedad.

Finalmente, enjuaga las lamas con un paño húmedo, asegurándote de eliminar cualquier residuo de jabón para evitar daños a largo plazo. Con esto, las persianas volverán a verse blancas y a sentirse como nuevas, sin realmente serlo.

Foto | Contando Estrelas/Flickr

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