Limpiar la campana por dentro es lo más fácil del mundo con este truco a base de ingredientes naturales

La grasa y suciedad incrustada llaman la atención de plagas, generan malos olores y terminan goteando sobre la comida por efecto de la condensación

Una campana extractora sucia no es funcional, tanto si su suciedad se encuentra en el exterior de este electrodoméstico como si esta se acumula en el interior, colapsando y obstruyendo su motor.

Es habitual la preocupación por limpiar las campanas extractoras por fuera para que luzcan brillantes, y a menudo las acciones de limpieza no pasan de este tratamiento externo y del lavado de los filtros.

Sin embargo, la limpieza de la campana también pasa por intervenir en esta zona, menos sexy y agradecida, pero muy importante en el terreno de la limpieza, ya que la grasa y suciedad incrustada llaman la atención de plagas, como por ejemplo de desagradables cucarachas, generan malos olores y terminan goteando sobre la comida por efecto de la condensación.

Además, esta grasa se queda incrustada también en motor del extractor, incluido su interior, en la hélices, encargadas de extraer el aire hacia el exterior. Limpiar esta zona es importante para garantizar el funcionamiento de la máquina y una mayor duración.

Para su limpieza puede usarse un truco natural y realmente sencillo, con el que casi no hay que hacer nada más que encender la placa. Para empezar, es necesario usar guantes (para evitar cortarse con las artistas de la campana), y papel o paños de microfibras en un paso más adelante.

Lo primero es dotarse de un par de ollas grandes llenas de agua, medio vaso de bicarbonato de sodio, unos limones y un vaso de vinagre. Para empezar hay que añadir los limones a la mezcla cortados en diferentes secciones (y no está de más exprimirlos un poco para ayudar a que salga el jugo). Este ingrediente es un desengrasante natural y contribuye a desincrustar la grasa pegada.

Después hay que añadir el bicarbonato de sodio (la mitad en cada olla), y finalmente hay que añadir un vaso de vinagre en cada olla, todo ello antes de poner a hervir. Cuando hierva hay que dejar actuar el vapor de las ollas en la campana durante unos 20 minutos, pudiendo variar en función de la grasa.

La campana debe estar apagada (sin los filtros puestos) y debe recibir estos vapores directamente de las ollas, de manera que vayan ablandando todos los restos. En el caso de que el vapor se marche hacia otras direcciones se puede encender la campana a nivel uno, para atraer el vapor hacia su motor.

La grasa irá saliendo en forma de gotas parecidas al aceite, que pueden ir retirándose con un papel o un paño de microfibras o instalar una capa de papel de plata (solo sobre la placa de gas, no de vitrocerámica) para que abrace toda esta grasa disuelta.

Además, una vez se haya terminado la ebullición, hay que pasar el paño por el interior para retirar los restos de grasa ablandados. Con la ayuda de unos bastoncillos de algodón se puede retirar la grasa de las zonas más complicadas.

Este proceso se hace como mantenimiento y se aconseja llevarlo a cabo cada tres meses aproximadamente, también en función del uso que se le dé. Esta frecuencia trimestral en la limpieza de la campana garantizará un lavado sin demasiado esfuerzo.

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Dejar que la grasa se acumule más tiempo sin limpiarla conlleva varios problemas: cuando está muy sucia costará mucho más limpiarla, aparte de promover que tenga una menor vida útil y que esta pueda sufrir incendios.

Foto | Freepik

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