Hay algo adictivo en los gofres y en los crepes. Miembros de un terreno sencillo y amasado que nos encanta, ambos integrantes de la cultura culinaria europea admiten casi todo y, sobre todo, lo admiten en casi cualquier momento.
Evidentemente, valen como desayuno o como merienda, pero si nos ponemos un poquito creativos somos capaces, incluso, de que valgan como comida o cena. De hecho, es de una receta de Martín Berasategui y David de Jorge publicada en el libro Pan Comido donde no solo rescatamos la elaboración, sino el truco que tu gofrera necesita para ser limpiada sin que la dañemos.
Siempre que hablamos de elementos que van conectados a la red eléctrica y, además, tienen componentes antiadherentes, tememos liarla con el agua, con el jabón o con algún producto de limpieza que acabe provocando vapores o mermando la capacidad del electrodoméstico.
Sobre todo si, como sucede con los gofres, acostumbra a dejar residuos pegajosos de masa por sus innumerables rendijas. Una batalla fatigosa que luego nos tiene como orfebres intentando despegar esos trozos de gofre que se acaben allí amarrando.
Por eso, en la receta de gofres de albahaca y nueces que Martín Berasategui dejó en el libro, heredamos otra pista de cómo limpiar bien nuestra gofrera sin complicarnos la vida.
En este caso, Martín Berasategui dejaba claro que "no se recomienda limpiar la máquina de gofres con jabón", principalmente porque "suele dañar el recubrimiento antiadherente".
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No obstante, eso no significa ir dejando pegotes de gofre allí pegados, esperando una vida mejor. Motivo por el que recomienda que, "si nos quedase algún resto de grasa o de masa muy pegado" lo mejor sería "introducir durante unos segundos un trapo húmedo entre las dos planchas de la máquina aún caliente". Después sólo habría que "cerrar, abrir y rápidamente pasar un papel de cocina".
Imágenes | Facebook Martín Berasategui & Freepik