La campana extractora es un espacio que se suele tener poco presente a la hora de limpiar la cocina a diario, sin embargo, es lógicamente un punto en el que se concentra mucha grasa, aunque no sea perceptible a primera vista.
Este espacio de la cocina es tremendamente necesario para mantener los olores a raya y evitar que allanen todo el hogar. También es esencial para reducir la cantidad de humo y hacer más respirable la cocina en la elaboración de ciertos platos.
Por ello, el mantenimiento y limpieza de la campana son cruciales, de manera que esté siempre esté disponible para ponerse en marcha y auxiliarnos en la cocina de sugerencias como carnes y pescados a la plancha y caldos y potajes de horas de cocción.
Toda esta grasa hay que retirarla con eficiencia, y para ello hay que dotarse de los mejores trucos acuñados por la sabiduría popular y de la mano de productos muy básicos.
Esponjas y paños
Ante todo, es muy importante elegir bien aquello que se usará en la limpieza de la campana, ya que una mala elección puede dañar la superficie y resultar un desastre.
En general, para todos los modelos del mercado, se recomienda dotarse de una esponja suave o un paño humedecido con diferentes soluciones limpiadoras.
Vinagre
El poder limpiador del vinagre blanco no se pone en duda en ningún caso. Su voracidad en baños y sartenes resulta igual de útil en toda la superficie de la campana para la grasa más complicada.
Esta solución es especialmente indicada para la grasa que ha quedado incrustada. Se recomienda elaborar una solución de agua y vinagre a partes iguales y simplemente frotar.
Limón
Con la misma capacidad de acabar con la grasa que el vinagre, la acidez del limón es una óptima manera de eliminar los restos de grasa más resistentes situados a lo largo y ancho de todas las superficies.
Basta con hervir zumo de limón en agua para obtener el preparado, y con este frotar toda la superficie interior y exterior de la campana.
Bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio hervido en agua resulta igual de eficaz que las otras dos soluciones, y lo único que hay que hacer es diluirlo en agua.
En este caso, se aconseja dejar que la campana extractora absorba lentamente el vapor de la olla que lo está hirviendo para comenzar a disolver las grasas más incrustadas, que después hay que retirar con un paño húmedo.
Desengrasantes
El mercado está lleno de desengrasantes comerciales muy eficaces contra la grasa incrustada en la campana extractora.
Estos productos actúan en apenas unos minutos y suelen tener una alta eficacia, aunque su uso no sea tan sostenible ni ecológico como el de los productos anteriormente mencionados.
Aceite de oliva
Como remate, unas gotas de aceite de oliva en un paño pueden ayudar a dejar la campana brillante en cuestión de segundos.
En concreto, esto es así en aquellas campanas que son de acero inoxidable y que cada vez son más habituales en las cocinas de todos los hogares.
Lavavajillas
Dentro de los filtros que absorben los vapores de cocinar, se encuentra un universo de grasas concentradas.
En la mayoría de modelos comerciales de hoy en día, estas rejillas, extraíbles, se pueden lavar en el lavavajillas, que siempre tendrá una acción mucho más eficiente y duradera.
A remojo
Los filtros también pueden limpiarse a base de un buen remojo en agua caliente y con productos específicos desengrasantes.
Esto hará que la grasa se ablande y que, dotados de un cepillo, prácticamente salga sola.
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