Jugar con las texturas en la cocina es altamente recomendable, e incluir un toque crujiente en los platos es un acierto
Comer es una experiencia multisensorial que va más allá del gusto. Siempre se ha dicho que comemos con los ojos, que las presentaciones atractivas estimulan el apetito, pero ¿qué ocurre con el oído? Las texturas juegan un papel fundamental, especialmente si esta es crujiente. Basta un ligero "crunch" para que el plato de comida que tenemos delante se vuelva más deseado y aumente el interés a nuestra experiencia.
Y es que...donde se ponga un buen "crac", que se quite lo demás. Sabemos que a ti también te encanta el crujir de los alimentos en la boca, pero ¿sabes cómo conseguirlo? La cosa es más sencilla de lo que parece. Sigue leyendo que te damos una buena pista.
La importancia de la textura
¿Cómo conseguir que los platos queden más crujientes? Es más simple de lo que parece. Fritura, horneado y natural son los tres tipos de crujiente por excelencia
La importancia de la textura en los alimentos y en los platos que con ellos elaboramos es total y absoluta, ya que condiciona la percepción de sus sabores y aromas.
Su presencia, en cualquiera de sus formas (crujiente, cremosa, viscosa, firme, suave...), es fundamental. Es la carta de presentación que influirá en la experiencia que tengamos y sintamos al comer. Ayuda a identificar los alimentos, cuando el sabor no es suficiente, y también sirve para darnos pistas sobre su estado de frescura. Un pan correoso, una fruta blanda...
Un aspecto clave es cómo las texturas afectan al sabor. Los alimentos crujientes, que rompemos en pequeñas piezas al masticar, liberan sus sabores y nos saben más fuerte que los alimentos líquidos. Además, la sensación de saciedad llega antes al cerebro cuando consumimos alimentos con texturas firmes y, por ende, ingerimos menos cantidad.
¿Por qué es esencial el toque crujiente?
Al margen de todo lo anterior, que puede sonar muy formal, la textura crujiente tiene un atractivo especial. Basta un ligero "crunch" en la boca y nuestro interés aumenta, el plato que tenemos delante se vuelve más deseado al instante.
Jugar con las texturas en la cocina es altamente recomendable, e incluir un toque crujiente en los platos es un acierto. Unos granos de maíz crujiente MisterCorn de Grefusa ayudan a despertar el deseo y tienen la capacidad de transformar un aburrido plato en algo que querríamos comer sin parar.
Tipos de crujiente y cómo lograrlos
Pero, ¿cómo consigo yo que mis platos queden más crujientes? ¿Con qué opciones cuento? Es posible que no te hayas parado a pensarlo, pero lo cierto es que la cosa es mucho más simple de lo que crees. Fritura, horneado y natural son los tres tipos de crujiente por excelencia.
Crujiente por fritura
Sin intención de ponernos técnicos, el crujiente por fritura se consigue sumergiendo un alimento en aceite a alta temperatura. Es una técnica de cocina de lo más eficaz y atractiva, puesto que, además de conseguir una textura crujiente en el exterior, en muchos casos también se consigue un interior muy jugoso.
Piensa en unos nuggets de pollo, por ejemplo, o en unas empanadillas, unas croquetas... El crujiente sirve como escudo y protege el interior, que se vuelve jugoso y no pierde sus jugos naturales. Es la fritura perfecta.
Crujiente por horneado
En una liga más saludable, porque es innegable que la fritura conlleva una ingesta de calorías considerable, está el crujiente por horneado. Ya sea en horno convencional o en freidora de aire (que, a pesar de su nombre, es un horno pequeño con función de aire), conseguir texturas crujientes es sencillo.
El exterior de los alimentos queda crujiente, pero la exposición a las altas temperaturas del horno durante el tiempo que necesitan algunos de ellos tiende a secarlos. No obstante, funciona de maravilla con elaboraciones como galletas, patatas fritas o asadas, gratinados...
Crujiente natural
Por último, está el crujiente natural que no requiere de ayuda alguna para conseguirlo. Es el que llevan muchos alimentos de serie. Piensa en algunas frutas (manzana, pera...) o verduras (apio, zanahoria, cebolla, col, lechuga...), y es natural 100%. No necesitamos hacer nada para disfrutar de su crujiente natural.
Productos estrella para un crujiente perfecto
MisterCorn: el aliado ideal en la cocina
El maíz crujiente MisterCorn se puede usar tal cual sale de la bolsa, entero, como machacado en trozos o pulverizado. Ideal para añadir a ensaladas, rebozar, decorar...
Que a nuestros cerebros y paladares les estimula y gusta el crujiente es algo indiscutible, y siempre viene bien tener trucos para incorporar su textura a nuestros platos. Al igual que ocurre con las conservas, que son grandes fondos de despensa y dan mucho juego, contar con una variedad de productos de distintas texturas es un acierto.
Cada maestrillo tiene su librillo, pero nuestro favorito es el maíz crujiente MisterCorn de Grefusa. Y no solo por su textura, cuyo crujiente es insuperable, sino por el punto de sabor extra que trae de serie. Un dos en uno soberbio que funciona a las mil maravillas y es de lo más versátil. Lo mismo se puede usar tal cual sale de la bolsa, entero, que machacado en trozos o pulverizado. Ideal para añadir a ensaladas y a sus aliños, para rebozar, para decorar... y mucho más.
Otros ingredientes clave
Si, además de tirar de MisterCorn, utilizamos otros ingredientes clave a nuestras creaciones, el gozo está garantizado. El universo verdura y fruta está repleto de ellos. La zanahoria, el pimiento, el pepino, la cebolla, el apio, los rabanitos, la manzana, la pera, entre otros, son buenos ejemplos si los usamos en crudo. Perfectos para platos fríos como ensaladas o como toppings para gazpachos y otras sopas o cremas.
Lo mismo ocurre con los frutos secos, las pipas y las semillas. Ya sea enteros o picados. Todos ellos son grandes aliados en la cocina, aportando mucho más que textura: nutrientes y vistosidad.
Las legumbres cocidas y secadas al horno y los encurtidos son también caballo ganador. Por algo los garbanzos especiados se han convertido en un popular snack y los pepinillos son los protagonistas de salsas tan clásicas como la tártara. Cuando algo funciona... soporta el paso de las modas sin despeinarse.
Técnicas avanzadas para un crujiente perfecto
Generalmente, las frituras se realizan a 180ºC y basta con sumergir los alimentos unos segundos para que queden sellados y dorados por fuera, y tiernos y jugosos por dentro
No hace falta ser un profesional de la cocina para conseguir que nuestras elaboraciones crujan como si no hubiera un mañana. Basta con utilizar la técnica adecuada y jugar bien con la temperatura, ya sea del aceite o del horno, a la hora de cocinar.
Fritura y horneado son las dos técnicas de cocina que mejor funcionan. Hasta hace pocos años han sido independientes, pero la irrupción de las freidoras de aire en nuestras vidas ha conseguido aunar ambas. Y, con ello, reducir considerablemente el consumo de aceite.
Con el rebozado conseguimos que los alimentos, tras su paso por aceite bien caliente, queden jugosos por dentro y crujientes por fuera. El horno, sin embargo, seca el producto y extrae todo su jugo natural, dejándolo crujiente en su totalidad. Algo que también obtenemos con una fritura sin rebozado, como es el caso de las patatas fritas.
Uso de temperaturas adecuadas
Sea cual sea la técnica utilizada y el electrodoméstico con que la llevemos a cabo (horno convencional, freidora de aire, microondas, freidora tradicional, sartén...), la temperatura adecuada es clave a la hora de conseguir una textura crujiente. Demasiado alta y el producto podría quedar sobrecocido por fuera y crudo por dentro. Demasiado baja y tendríamos el efecto contrario, entorpeciendo -incluso- la obtención de ese crujiente exterior.
Para que esto no ocurra, es importante respetar las temperaturas que indican las recetas que preparemos, pero teniendo siempre presente (especialmente en el caso del horno) que cada electrodoméstico es un mundo y que puede haber unos grados de más o menos que necesitemos ajustar.
Y sobre el aceite, lo ideal es contar con un termómetro de cocina que nos chive a cuántos grados está. Generalmente, las frituras se realizan a 180ºC y basta con sumergir los alimentos unos segundos para que queden sellados y dorados por fuera, y tiernos y jugosos por dentro.
Combinación de texturas
Sorprender al paladar con texturas varias es un placer difícilmente superable. Imagina meterte una croqueta en la boca y que, al morder, explote en su interior. Tremenda sorpresa ¿verdad? Y es que lo inesperado de una combinación adecuada de texturas siempre funciona.
Aunque no hace falta ser tan arriesgado ni creativo. Mezclando hojas verdes, tomates, cebolla cruda, encurtidos...conseguimos ensaladas crujientes que van bien servidas de texturas que combinan a la perfección. Y lo mismo ocurre con las cremas, que en los toppings encuentran a sus mejores aliados.
¿Por qué MisterCorn es tu mejor opción?
Sí. Somos conscientes de haberlo mencionado antes, pero lo bueno hay que compartirlo las veces que haga falta. Y es que la mejor opción para aportar un toque crujiente y un plus de sabor a nuestros platos es el maíz crujiente MisterCorn de Grefusa.
Versatilidad en la cocina
Funciona genial en recetas saladas y también dulces, creando contrastes de sabores y texturas sorprendentes. Este sencillo (pero eficaz) truco culinario eleva cualquier elaboración a otras esferas. Y es que el maíz crujiente de MisterCorn es versátil hasta decir basta.
Calidad y sabor inigualable
"Pequeño, pero matón" es el dicho que mejor se adapta a él. Es increíble lo mucho que se puede conseguir con algo tan pequeñito en tamaño. Pues en sabor va bien sobrado. Un as en la manga del que tirar siempre que busquemos sorprender a nuestros comensales.
Uno de los mejores consejos de cocina que hemos recibido -y que podemos dar- es apostar siempre por la calidad de los ingredientes. Con ello el éxito de nuestros platos está garantizado. Y aunque la mano del cocinero también juega un papel importante, la cosa se pone muy cuando se cuenta con el producto adecuado.
Facilidad de uso
¿Cuánto se tarda en abrir una bolsa de maíz crujiente MisterCorn? ¿Cinco segundos? Así de rápido y fácil es tenerlo listo para añadir unos pocos a cualquier plato. En cero coma contamos con la posibilidad de transformar nuestros platos de la manera más sencilla posible.
Esto si lo usamos tal cual, entero, para añadir como ingrediente a ensaladas, cremas, tortillas... Si la idea es usarlo como sustituto del pan rallado en empanados y rebozados, la cosa no se complica mucho más. Con unos golpes de picadora, lo solucionamos o, en su defecto, con un mortero o un rodillo. Cocina fácil y sabrosa.
Saludable y natural
Todo ello sin perder foco en la salud y la naturalidad, pues estos deliciosos bocados están hechos con los granos de maíz más frescos y aceite de girasol. Una base perfecta y natural que se mejora con la cantidad perfecta de sal marina, potenciando el sabor natural del maíz.
La experiencia de sabor es única y cada mordisco en el que MisterCorn de Grefusa entra en juego es una fiesta para el paladar. ¡Una explosión capaz de hacer bailar todos los sentidos al mismo son! Ahora solo queda incorporarlo a tus platos para crear una experiencia culinaria única y ¡a disfrutar!