El origen del helado actual se suele situar en tiempos de la Antigua Roma, pues tenemos referencias al consumo de hielo natural servido con frutas y miel. Hoy en día el hielo raspado o picado, shaved ice sigue siendo muy popular en muchos países, pero se está extendiendo un competidor que amenaza con ser la nueva moda en heladerías, la shaved snow o nieve raspada.
La base es simple, sencilla y barata: el hielo se raspa, dejando una textura más similar al graniazado, y se añaden diferentes sabores, normalmente en forma de siropes. Pero la nieve raspada eleva el concepto ya que parte de leche ya saborizada, que es la que se congela y se raspa para darle la típica textura. El resultado parece ser de una textura ligerísima, suave, cremosa y que se derrite en la boca de quien lo prueba.
Al raspar el hielo o la leche congelados se consigue una textura mucho más suave y agradable que simplemente picándolo. En Estados Unidos están aumentando las heladerías y otros establecimientos que se han especializado en la nieve raspada, y cada vez parecen tener más éxito entre el público.
Estos peculiares helados están inspirados en la elaboración tradicional de lugares como Taiwan, donde el hielo se raspa, frente a otros como el kakigori japonés, que se presenta picado. Pero al emplear un lácteo como base, en lugar de simplemente agua, al que ya se da sabor antes de congelar, se obtiene un helado de otra categoría.
La verdad es que en las imágenes de esta “nieve” se percibe una textura bastante peculiar, algo extraña, pues el helado cae en forma de suaves y delicados lazos o cintas. El primer establecimiento en ofrecer este producto en Nueva York es Snowdays, que abrió en 2014 y está ganando rápidamente mucha popularidad. Allí ofrecen seis sabores distintos de base a los que se pueden añadir toppings, siropes y otras salsas dulces.
En España encontramos la heladería Eyescream and Friends, situada en Barcelona. Sus responsables le han dado además una vuelta de tuerca jugando con la presenación final, ya que disponen de “ojos” comestibles para que el comensal juege con los toppings y sabores creando monstruitos helados.
Probablemente la nieve raspada no podrá llegar a compararse nunca con un buen helado artesanal de verdad, pero no puedo evitar sentir curiosidad ante esta nueva posible moda. Diría que por la presentación que tiene es posible que se derrita demasiado rápido, perdiéndose por tanto esa original textura, aunque tendría que catarlo para juzgar con propiedad. ¿Vosotros lo habéis podido probar?
Imágenes | Eyescream and Friends, Snowdays NYC, Cloud Shaved Snow
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