Aunque la bebida por excelencia en todo Asia es el té, cadenas como Starbucks están haciendo que el café sea visto como una bebida más cool por las nuevas generaciones de jóvenes adinerados. Pero una nueva tendencia está haciendo que la bebida milenaria de esta parte del mundo recupere el pulso y es algo a prori tan extravagante como añadir una capa de queso cremoso a la bebida.
El invento es cosa de la cadena Heytea, que se está extendiendo como la pólvora por las ciudades chinas gracias a su té amargo coronado de queso salado. El naiga cha –literalmente, “té de queso”–, es ya la bebida favorita de los hipsters chinos, pese (o debido a que) cuesta más de tres euros en su formato más económico, un precio elevadísimo para los estándares del país.
Como explica un artículo de The Economist, durante meses después de que las primeras tiendas de Heytea abrieran sus puertas en Shanghai, en febrero de 2017, los guardias de seguridad tuvieron que administrar colas con tiempos de espera de hasta tres horas. Los clientes más impacientes, y adinerados, llegaron a contratar a otras personas para que hicieran cola por ellos –hay una aplicación en China para esto–. Las ventas se tuvieron que limitar a dos tés por personas para evitar la reventa, un límite que sigue vigente en Pekín.
El té con queso llega a Estados Unidos y Reino Unido
Mientras Heytea se expande a buen ritmo por toda China, otra nueva cadena también de propiedad china, Happy Lemon, está causando furor en Estados Unidos y Reino Unido. El concepto es el mismo: diversos tés coronados con crema de queso.
Pero ¿qué aspecto tiene el asunto? “Cuando llega mi bebida, veo que es inconfundiblemente té verde, recién hecho, con hojas en vez de polvo, pero el aspecto del 'queso' es ligeramente engañoso”, explica Tim Jonze, en un artículo publicado en The Guardian. “Más bien, es una espuma aterciopelada parecida al mascarpone que se ha batido con azúcar y sal antes de que se le permita flotar encima de tu té. Todo el invento no parece muy distinto a una pinta de cerveza”.
El naiga cha, explican los nuevos entendidos, se debe tomar sin pajita, inclinando el vaso 45º para que, en cada sorbo, probemos parte del té y la crema de queso. “Es una experiencia que evoluciona a medida que bebes y cambia la relación entre el té y el queso”, asegura Jonze. “Si eres rápido, terminarás la bebida antes de que la corona de queso se haya hundido, dejando un dulce en el fondo de tu vaso que podría competir con el final de cualquier Cornetto o Calippo. En cuanto a la indulgencia, la versión más dulce contiene 22 g de azúcar, que, dado que se sabe como una nube de vainilla deslizándose por la garganta, parece razonable”.
Pese a que el reportero de The Guardian, como cualquier persona de bien, desconfiaba del invento, asegura que está incluso “delicioso”. Ya lo comprobaremos cuando lo empiecen a vender en Malasaña.
Imágenes | Heytea/IntelligentsiaInvestorum/HappyLemon
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