Hablar de Asturias es hablar de sidra. El Principado es la primera región de España productora de esta famosa bebida y la cuarta de Europa, detrás de Gran Bretaña, Francia e Irlanda, posicionándose en el tercer puesto en el ranking de facturación asturiana después del sector lácteo y cárnico. Poco a poco la sidra ha conseguido ser motor económico de Asturias, aunque los lagares, de tradición familiar y que normalmente se heredan de padres a hijos, comenzaron casi todos tímidamente como una actividad para el autoconsumo.
La sidra con denominación de origen y como marca de calidad, nace en el 2003 y se elabora en más de una veintena de lagares que solamente el año pasado lograron vender más de 1,3 millones de botellas. Sin embargo, el Consejo regulador va más allá, e intenta que cada vez más productores se adhieran a él para que el futuro de esta bebida esté asegurado al ofrecer un producto de alta calidad y con una garantía única.
Pero la sidra, aunque no ha visto su consumo afectado por la crisis económica en Asturias, desea expandirse por el resto del mundo y en concreto conquistar Estados Unidos, donde esta bebida se está poniendo de moda sobre todo en Washington y Nueva York resultando muy del agrado y gusto del consumidor norteamericano, y donde ya se lleva vendiendo desde hace más de un año con gran éxito.
Esta conquista de Norteamérica no es nueva, cuando los europeos llegaron a América como colonos portaban consigo las técnicas de fabricación de la sidra. En 1629 ya estaban implantados gran cantidad de manzanos en Virginia y Massachusetts que producían una manzana poco agradable para comer, pero si muy buena para la elaboración de esta bebida. Tal era el arraigo que incluso su tres primeros presidentes fueron grandes consumidores de sidra y la ofrecían a sus electores en los mítines y reuniones.
Fue tras la Ley Seca cuando la sidra desapareció paulatinamente y nunca volvió a recuperar la excelente situación que había gozado años atrás, y aunque no se sabe cuál fue la razón de que otras bebidas como el whisky y la cerveza volvieran a recuperarse mientras que nuestra sidra no, lo cierto es que esta bebida había dejado huella entre ellos.
Es por ello que los productores asturianos intentarán que la sidra se consolide de nuevo entre la población norteamericana como ya lo había hecho en su tiempo, y esperan que se pueda llegar a decir que la sidra asturiana es la bebida de moda en USA. Lo cierto es que Asturias engancha a los americanos y sino fijaros en José Andrés, un cocinero asturiano que ha llegado a lo más alto en ese país.
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