Hemos sobrevivido a los primeros días de Pascuas pero todavía quedan muchas fiestas por delante. La Nochebuena y el día de Navidad son quizá más familiares, pero está claro que Nochevieja y Año Nuevo son ocasiones que se prestan más a celebrarlas por todo lo alto. ¿Qué no puede faltar estos días? Además de comida -sobra decirlo-, las bebidas cobran especial protagonismo, pero no todo tiene que ser cava o champán. Os proponemos nueve opciones alternativas para alegrar las fiestas.
Cuando pienso en las cenas de Nochevieja de mi infancia siempre recuerdo lo divertido que me parecía el momento de descorchar el cava o el champán de turno. Mi padre nunca ha sido muy mañoso y le gustaba hacer un poco el payaso, así que el tapón salía volando y las burbujas lo llenaban todo. A decir verdad, nunca hemos sido muy aficionados a ninguno de estos espumosos, así que, salvo que nos regalaran alguna botella, siempre hemos brindado con otras bebidas.
Sidra
Mi opción favorita cuando se trata de brindar con burbujas. Puede parecer una bebida más humilde pero hay que reivindicarla mucho más, sobre todo las de buena calidad, pues las sidras son tan dignas o más que muchos cavas. Podemos elegir una buena sidra asturiana Brut con Denominación de Origen -recomendada por el Consejo Regulador para las fiestas-, o probar otras variedades nacionales o foráneas, si nos apetece.
No hace falta ponerse a escanciar sidra en mitad de la cena, lo más práctico son las botellas de sidra natural filtrada o espumosa, tipo seca. Hoy en día podemos encontrar también sidra con otros sabores afrutados, con pera o frutos del bosque, como mora o frambuesas. Hay buenas sidras británicas y también encontramos un equivalente alemán, el Apfelwein. Son tragos ligeros, muy refrescantes, con poco alcohol y burbujas finas. Es la mejor opción para los menos amigos del champán.
Cerveza
La llamada bebida del pueblo está viviendo una nueva época de esplendor con la moda de las cervezas artesanales, y también se lleva cada vez más probar especialidades de todos los rincones del mundo. Además, muchas marcas y productores aprovechan la Navidad para lanzar ediciones especiales navideñas, normalmente limitadas, con algún valor extra añadido. ¿Por qué forzar el paladar al vino o al cava si lo que nos gusta es una buena cerveza?
Tanto para maridar con las comidas o cenas, como para la hora del brindis, hay una cerveza para cada momento y cada gusto. Podéis echar un ojo a las propuestas que nos hizo minue para celebrar la Oktoberfest si necesitáis inspiración, o buscar las cervezas de Navidad en cualquier comercio. Recordemos también la lista de las mejores cervezas de supermercado según la OCU, y las detalladas catas que nuestro especialista ha ido haciendo a lo largo de estos años.
Vino frizzante
El apelativo frizzante es un término italiano que se ha popularizado mucho en los últimos años. Lo podemos equiparar al vino de aguja más tradicional, pero que ha vuelto algo refinado imponiéndose como tendencia. Solo hay que acercarse a una tienda especializada o un hipermercado cualquiera para ver cómo ha crecido la oferta, con vinos tantos italianos como nacionales, tintos, rosados o blancos, incluso elaborados con uvas de gran calidad en zonas con denominación de origen.
Depende un poco de cada vino, pero en general son muy fáciles de beber, ligeros y frescos, normalmente afrutados, dulces o semisecos. La burbuja de estos vinos es muy fina y sutil, apenas perceptible, y tienen una baja graduación alcóholica que oscila entre los 5 y 10 grados. Son perfectos para no renunciar a las burbujas en el brindis y pueden acompañarnos durante toda la cena, aunque son especialmente agradecidos con los aperitivos.
Prosecco
Retomamos las burbujas italianas con un vino espumoso que también está creciendo en popularidad en nuestras mesas y en las de todo el mundo, el prosecco. Esta vez sí nos aproximamos más al cava o champán con una opción que está ganando seguidores por ser más accesible y, en general, mucho más económica. Aunque los verdaderos amantes de los espumosos no lo consideran realmente una alternativa al buen champán, sí es apropiado para brindar en Navidad cuando nuestro paladar o bolsillo no está acostumbrado a vinos más complejos y caros.
Es un vino blanco elaborado con uvas de la variedad o Glera, en las regiones del Véneto y Friuli-Venezia-Giulia, en el noroeste italiano. A diferencia de sus primos francés y español, realiza la segunda fermentación en un tanque presurizado, momento en el cual se libera el dióxido de carbono que crea las burbujas. Como en todos los vinos, hay diferentes calidades, sellos de denominación de origen y diferencias de sabor y aromas según el nivel de azúcar, brut, seco y extraseco. Las burbujas son más sutiles y en general ofrece un trago más afrutado y dulce, muy ligero.
Ponche de frutas
El famoso ponche que tanto hemos visto en el cine y televisión americanas también es una buena bebida para celebrar en Navidad. Hay muchas recetas diferentes con diferentes grados de alcohol, más o menos dulces, fríos o calientes. En Latinoamérica es una bebida muy popular durante las fiestas navideñas, y nuestros amigos de Directo al Paladar México tienen varias recetas que podemos probar en casa. Suenan muy apetecibles, por ejemplo, el ponche frío de vino blanco y mandarina, o el más tradicional ponche de frutas de Navidad.
Además de agua, azúcar y especias como la canela y el clavo, el ponche lleva tequila o alguna otra bebida alcohólica y, sobre todo, mucha fruta. Lo tradicional es usar frutas naturales, aunque también existen concentrados que hacen más fácil su preparación. Manzana, pera, guayaba, tejocote, tamarindo, ciruelas pasas, naranja, lima... Sin duda, una bebida de los más aromática y dulce.
Vino caliente especiado
También llena de aromas y peligrosamente dulce es el vino caliente especiado, que sienta de maravilla cuando aprieta el frío. Hay muchas versiones en toda Europa con sus pequeñas diferencias, desde el mulled wine británico hasta el glögg sueco, pasando por el vin chaud francés. Quizá el más conocido sea el Glühwein, porque es muy típico de los mercadillos navideños alemanes y suizos, y además tenemos la receta.
El vino caliente es muy fácil de preparar en casa y sirve tanto de aperitivo como de sobremesa, para acompañar el postre o para brindar ya de madrugada. No hay falta gastarse un dineral en las botellas de vino pero tampoco es recomendable racanear demasiado en su calidad, y recomiendo añadir zumo de naranja o mandarina natural para rebajarlo un poco. Claro que otra opción es enriquecerlo aún más y sumar un buen chorro de coñac o un licor de frutas. También se puede preparar con vino blanco.
Vino dulce
Si lo de la bebida caliente no nos llama mucho, es mucho más sencillo dejarse llevar por un buen vino dulce. Se consideran vinos dulces aquellos que contienen un alto contenido en azúcares, bien residual o bien por el proceso de añadir alcohol al mosto. En España se producen excelentes vinos dulces, como el Pedro Ximénez, el moscatel o el malvasía, y también entran en este grupo los vinos de Oporto o los moscatos italianos.
Aunque todos son dulces, ofrecen diferentes aromas y notas de cata, con maridajes distintos a pesar de que cualquiera podría acompañar muy bien los dulces navideños. Quizá el Oporto y el Pedro Ximénez son los más típicos para servir al final de un menú navideño, pues armonizan de maravilla con frutos secos, especias y chocolate. Yo tengo asociados sus aromas con la Navidad y me resulta difícil tomarlos en otra época del año.
Hidromiel o aguamiel
Es una bebida producida a partir de la fermentación de un mosto a base de agua, miel y levadura. Se dice que es la primera bebida alcohólica de la historia y se considera el precedente de la cerveza, y fue muy consumida por diferentes civilizaciones de la Antigüedad. Hoy en día se asocia mucho a su carácter mitológico y se relaciona con los pueblos nórdicos, especialmente con la cultura vikinga.
El hidromiel tiene ese algo de bebida mágica que la hace un trago muy apropiado para Navidad, aunque sea para probar algo original y diferente. Toda la simbología que la rodea bebe mucho de la atmósfera navideña, con sus poderes mágicos, medicinales y su asociación a ritos de la naturaleza ancestrales. Hay quien se anima a elaborar la hidromiel en casa, aunque mejor buscar tiendas especializadas para evitar desastres. La graduación alcohólica suele rondar los 11-13 grados y combinan muy bien con aperitivos, quesos y postres, en frío o caliente.
Vermut o vermú
Podríamos decir que este 2016 ha sido el gran año del vermut o vermú, al menos de su recuperación como bebida de consumo habitual también entre los jóvenes. Su futuro continúa prometedor y no parece que haya sido una tendencia pasajera, y nosotros nos alegramos porque un buen vermut nos encanta. ¿Puede ser bebida navideña? Por supuesto, ya sea en un buen bar o en casa con la familia y los amigos.
Hoy podemos encontrar muchos tipos de vermut en el mercado y tenemos múltiples posibilidades para degustarlo. Solo, combinado con otras bebidas, con zumo natural, como ingrediente de recetas, en el aperitivo o maridando platos de pescado, en la sobremesa de cócteles... Si queréis saber más sobre la historia y la cultura de esta popular bebida, os remito a este estupendo reportaje que le dedicó mi compañero pakus hace unos meses.
Que no se diga que faltan ideas para brindar y celebrar con buenas bebidas en Navidad. Si os gusta el champán o el cava nada os impide disfrutar de vuestras espumas favoritas, pero no viene mal tener a mano alternativas diferentes en las fiestas. ¿Con qué bebida os quedáis cuando se trata de festejar en buena compañía? ¿Os apetece probar algo distinto para despedir el año?
Fotos | iStock, Dinner Series, Ville Koistinen, BocaDorada
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