Con el propósito de castigar a quienes realizan prácticas ilegales alimentarias en China como las que hemos conocido en recientes noticias, el Gobierno de Pekín ha decidido ofrecer una recompensa de casi 5.000 euros por cada denuncia constatada contra quienes adulteran o procesan los alimentos de forma ilegal, se ha abierto la veda y los consumidores chinos se encuentran a la caza de los productos alimentarios chinos elaborados de forma deficiente.
Si nos remitimos a la información que proporcionamos en el post Alimentos de origen chino, posible riesgo para la salud, en él dábamos a conocer las miles de denuncias que se podían realizar al cabo del año, con lo que nos puede dar una idea de lo caro que le va a salir al Gobierno chino recuperar la confianza de los consumidores nacionales e internacionales. La denuncia se podrá realizar sin necesidad de identificarse a través del teléfono, e-mail, carta, etc., además, se garantiza el pago de las recompensas. Estamos seguros de que las denuncias aumentarán notablemente, aunque no creemos que este sea el camino adecuado para recobrar la credibilidad del producto chino.
Todo requiere su tiempo, la carencia legislativa y la falta de medios en ese país ha propiciado la actual situación, poco a poco se tienen que poner los medios legales y crear las instituciones pertinentes para controlar y garantizar la calidad de los alimentos chinos. La actual situación de buena parte de la población china, donde la carencia y la necesidad se hacen tan palpables, propiciará una proliferación de las denuncias y posiblemente se verán afectados quienes realmente se preocupan y trabajan por ofrecer un buen producto.
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