Al título le ha faltado alguna onomatopeya descriptiva. Y es que las curiosidades en torno a la gastronomía no tienen límite y a veces la frontera entre lo anecdótico y la horterada es difusa, como en el caso de las pastillas con sabor a tocino.
Dichas pastillas van en una preciosa cajita, que al echarlas en el agua comienzan a burbujear y le dan al líquido elemento el peculiar sabor del bacón. Vamos, como una couldina pero sin efectos sobre el catarro.
¿Pensabais que lo habíais visto todo después del vodka, chicles o del bacón que sabía como tal pero en realidad era soja? Sin palabras me he quedado
Vía | Mundochica
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