Hace unos meses reflexionamos aquí por qué nos relaja cocinar y cómo es una buena forma de desconectar del estrés y de las preocupaciones, con sus excepciones derivadas del día a día. Parece que no es sólo una actividad de ocio que experimentamos muchos a nivel personal, ya que cada vez se utiliza más el cocinar y hornear como terapia contra la depresión y determinadas adicciones.
Un reciente reportaje publicado en el diario estadounidense Wall Street Journal se ha hecho eco de las terapias desarrolladas por diversas clínicas médicas y de salud mental del país en las que trabajan con cursos y actividades de cocina para tratar a pacientes con determinados problemas.
La clave del éxito de estos tratamientos reside en que no sólo alivia a los afectados por las propias características relajantes del acto de cocinar, sino porque además son actividades que motivan a conseguir una meta cuyo fin último es satisfactorio y positivo. Durante las terapias muchos aprenden cocina desde cero, por lo que es más fácil desconectar de sus problemas y centrar toda la atención en la tarea que les ocupa.
Es una técnica derivada de las terapias de la conducta en la que los profesionales animan al paciente a alcanzar una nueva meta aprendiendo técnicas nuevas. De este modo, personas de todas las edades, afectadas de depresión o adicciones de diversos tipos, olvidan por unas horas los problemas que les afectan, y además lo hacen sin pensar realmente en que están en mitad de una terapia.
Hay un riesgo en estas terapias, especialmente al tratarse de pacientes emocionalmente sensibles, con trastornos de ansiedad o afectados de adicciones: convertir la comida en una vía de escape perjudicial. Por eso los expertos diseñan los tratamientos prestando mucha atención a las técnicas y recetas que practican, enseñando sobre todo cocina sana y transmitiendo los valores de una alimentación equilibrada.
La verdad es que estos tratamientos centrados en la cocina pueden ser un buen recurso para ayudar a la recuperación de personas que sufren depresiones y trastornos derivados, incluso simplemente contra el estrés. Y es una buena idea contar con un profesional que les guíe, ya que cuando se es un novato en los fogones, puede ser muy frustrante. Pero se disfruta de ello, cocinar y hornear se convierten una terapia muy satisfactoria.
Vía | Gawker Imágenes | Pixabay En Directo al Paladar | ¿Por qué nos relaja cocinar?
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