¿Qué es lo que más tememos en esta vida? Probablemente cada uno responderá algo diferente, aunque podría apostar a que sois pocos los que diríais que al fin del mundo. Al menos yo creía que ese viejo pánico ante un posible escenario apocalítico era cosa del pasado, pero parece que mucha gente sigue austada por el fin del mundo. Al menos en Estados Unidos, donde los telepredicadores no se cansan de anunciarlo, y encima venden comida de supervivencia para enfrentarse a ello.
El caso más sonado es el de Jim Bakker, todo un personaje que ha adquirido una dudosa fama a lo largo de su carrera como estrella mediática. Bakker pasó de liderar un exitoso programa en los años 80 a enfrentarse a diversos escándalos que le llevaron a prisión, pero ahora vuelve a gozar del apoyo de cierto público que se dedica a predicar ante sus fieles anunciando el fin del mundo. Y nos quiere convencer de que podremos sobrevivir si nos preparamos bien, específicamente comprando sus productos con los que supuestamente se puede sobrevivir a cualquier cosa.
En su tienda virtual se puede encontrar todos los víveres que en teoría necesitaríamos para hacer frente desde nuestro refugio a meses de aislamiento. Incluso no tendríamos que renunciar a seguir celebrando los banquetes de Acción de Gracias o Navidad, mientras el mundo se viene abajo en el exterior. Al menos así lo anuncian el propio Bakker y su esposa, que sin duda tienen un buen negocio montado en torno al fin de la humanidad.
Entre los productos ofertados se puede encontrar casi de todo, o al menos todo lo que esperaría tener un estadounidense medio. La idea es hacerse con una buena despensa, así que casi todo se vende en grandes cantidades, con lotes de diferentes precios y presentado en cubos, sobres o cajas que guardan comida liofilizada. Hay de todo: hamburguesas, platos de pasta, tortitas, sopas, guisos de legumbres, postres, kits de pizza, pan, menús navideños... casi todo en forma de polvos.
Y no es precisamente barato, un pack completo con comida para 90 días cuesta unos mil euros, con una vida útil de 20 años. Un equipo de periodistas se animó a probar uno de los lotes básicos y la conclusión es que preferirían afrontar el fin del mundo antes que tener que sobrevivir a base de la comida de Bakker. Además, surge una buena pregunta: ¿tendríamos agua potable suficiente para poder preparar la comida? Al telepredicador no parece importarle ese pequeño detalle.
Vía | The Salt
Fotos | Jim Bakker Show
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