¿Cómo conseguir que los niños se laven las manos antes de comer? Una profesora lo consigue con un sencillo experimento

Recuerdo todavía a mi madre y a mi abuela preguntándome "¿te has lavado las manos?" justo cuando me sentaba a la mesa para desayunar o para comer. Y también me acuerdo de mí mismo preguntándoselo a mi hijo que, como yo cuando era pequeño, también se olvidaba muchas veces de lavárselas. Entonces... ¿Cómo conseguir que los niños se laven las manos antes de comer? Una profesora lo consigue con un sencillo experimento de resultados convincentes que hoy queremos enseñaros.

Conseguir que los niños se acostumbren a lavarse las manos antes de comer es muy importante, ya que ellos juegan en el suelo, se ensucian pintando y tocan todo lo que encuentran a su paso por lo que en su caso, la suciedad acumulada en sus manos puede ser terrible, (más aún si conviven con mascotas).

El experimento más sencillo y convincente

Todos los adultos sabemos que mantener la higiene en las manos es muy importante, ya que al trabajar, cocinar, escribir o usar nuestros móviles vamos acumulando suciedad y gérmenes que podríamos ingerir al comer los alimentos sin habernos lavado antes.

Con los niños, es más complicado porque además de que acumulan mucha suciedad, tienen la tendencia a llevarse las manos a la boca. Cansada de ver cómo los alumnos comían sin lavarse las manos antes, una profesora americana hizo un experimento para que sus alumnos se convencieran para siempre.

Para hacer este experimento y conseguir que los alumnos vieran la importancia de lavarse las manos, la profesora Donna Gill Allen del Instituto Cape Fear High School de Fayetteville, tuvo que usar tres trozos de pan de molde. El primero de ellos lo guardó en una bolsa, sacándolo del paquete con un guante para no tocarlo. Este pan sería el pan de control, el que utilizó para comparar los resultados.

El segundo trozo de pan de molde se debe guardar en otra bolsa, pero antes de cogerlo y guardarlo, hay que lavarse bien las manos. Una vez limpias y secas, se toma ese segundo trozo de pan y se guarda en una segunda bolsa, etiquetada como manos limpias o Clean Hands.

Para el tercer trozo de pan, la profesora toma la rebanada de pan de molde y se la pasa al primer alumno de la clase, diciéndole que lo toque un poco y se lo pase al compañero. Todos los alumnos venían del recreo y no se habían lavado las manos. Tras haberlo tocado todos los presentes en la clase, el pan de molde regresa a las manos de la profesora que lo mete en la tercera bolsa, etiquetada como manos sucias o Dirty Hands.

La diferencia de los panes guardados con las manos limpias y los guardados con las manos sucias salta a la vista y no haría necesario siquiera tener la primera bolsa de control para comparar. Para convencer a los niños de que se laven las manos antes de comer, bastaría con colocar las bolsas de plástico en la pared para que todos se den cuenta de la diferencia y recuerden un hábito tan aconsejable.

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Vía | Hellow Giggles Imagen lavabo | Pixabay

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