Esta noche cenamos en casa de la tía Rita, esa gran mujer. Probablemente nos apetecería más celebrar la Nochevieja en casa de nuestra hermana Maritere, que siempre pone angulas, pero que le vamos a hacer, hace años que no nos hablamos... malditas herencias. Todos los años por estas fechas nos pasa lo mismo, que salimos de la cena con las paredes del estómago pegadas, la cartera pelada después de la partida e incapaces de andar dos metros en línea recta.
Pero este año todo va a ser diferente, vamos a intentar disfrutar de la cena, no discutir de política, y comer y beber de forma ordenada y cabal. Hemos hecho muchos propósitos de año nuevo, y el primero de ellos pasa por cuidar nuestro estómago y cómo no, la familia. Vamos a ver que podemos hacer para que la cena de Nochevieja no nos deje destrozados a la vez que la tía Rita queda satisfecha y no se arrepiente de habernos invitado, que hoy por hoy es en la única casa en la que nos dan cobijo.
- Puntualidad. Nada de llegar media hora antes, o correremos el riesgo de encontrar a la tía todavía con los rulos puestos. Ni media hora después, que los langostinos salteados fríos no molan y luego hay que comer a toda prisa para tomar las puñeteras uvas.
Come con cabeza. Generalmente en esta cena todo tiene mucha grasa y los alimentos son tan variados que la combinación resulta letal. Si hay entremeses o aperitivos, procura no abusar de ninguno en concreto y no atiborrarte, todavía quedan el primer y segundo plato, el postre, los turrones, el café y el cava. Cuidado con los embutidos y fritos, llenan mucho, toma un poco de cada uno pero sin abusar.
No rechaces ningún plato. Tía Rita ha estado una mañana comprando, un día cocinando, se ha dejado una pasta y mañana le dolerán las varices. No rechaces ningún plato, es mejor que dejes algo a que digas con cara de asquito: no, merluza con kokotxas no me pongas.
Ayuda con discreción. No se trata de hacerlo todo, Tía Rita agradecerá alguna ayuda pero seguro que le fastidia enormemente que todos los comensales estén por la cocina abriendo y cerrando el lavavajillas, preguntando dónde leches dejan las copas y poniéndolo todo peor de lo que estaba. Y además, la abuela se ha quedado sola en la mesa y se ha bebido lo que quedaba de ese Rioja tan caro...
Pasa del pan. No te infles de pan como si estuvieras comiendo menú del día, solo conseguirás llenar el estómago y serás incapaz de comerte una sola peladilla. Toma un trocito y procura que te dure hasta el final, pero evita hacer pelotillas con la miga y aún menos figuritas, eso denota aburrimiento y hoy es un día de inmensa alegría ¿o no?
No mezcles. Todos sabemos que mezclar distintas bebidas alcohólicas da muy malos resultados, y todos pretendemos ser recordados entre familia y amigos por nuestro equilibrio. Si no queremos acabar bailando encima de la mesa con el delantal de tía Rita como sombrero, planifiquemos la ingesta de bebidas, evitemos aperitivos innecesarios y si acaso, decidámonos por un buen vino dejando espacio para brindar con cava.
Halaguemos sin caer en la pesadez. Cuando algo no nos gusta se nota, y para disimular tendemos a repetir una y otra vez las presuntas excelencias del plato con calificativos exagerados, mientras abrimos mucho los ojos, en un gesto tan artificial como las propias gulas. Evitemos palabras como exquisito, delicioso o fabuloso. Tía Rita es consciente de que la merluza se le ha pasado un poco, bastará con que le digas que la cena te ha gustado mucho y sobre todo, que le agradezcas su trabajo y la invitación.
No te lleves la banca. A no ser que tengas 80 años y seas la abuela de la familia, procura no llevarte la banca cuando inevitablemente llegue la hora de la partida de cartas. Quedarás como el pariente prepotente que se juega hasta la hipoteca y se lleva los ahorros de los demás. Poned un límite razonable en cuanto a las apuestas y tirad de esas monedas pequeñas que todos acumulamos en un frasco.
Besa con moderación. Después de las uvas, limita tus impulsos y besa a todos por igual, tu cuñada está a la que salta, midiendo la intensidad de los ósculos para ver a quién quieres más. Y eso puede ser fatal, que en pocos días vienen los Reyes...
Imágenes vía | Hola-amic.com en Flickr, Hesdes en Flickr En Directo al Paladar | Nochevieja con uvas, ¿del racimo o envasadas? En Directo al Paladar | Curso para preparar la cena de Nochevieja