En verano, con el buen tiempo, los días más largos y las vacaciones, apetece más comer fuera de casa. Es un buen momento para organizar barbacoas en el jardín, realizar excursiones o incluso pasar unos días de acampada. Sin embargo, conviene tener en cuenta algunos consejos para mantener la seguridad alimentaria en nuestras comidas al aire libre.
Si bien es importante mantener unas normas básicas para garantizar la seguridad de las comidas, en verano aumentan los riesgos de intoxicaciones alimentarias. Por eso nunca hay que perder de vista ciertas pautas para evitar malas experiencias y así disfrutar sin problemas de nuestras vacaciones, sobre todo si tenemos niños.
La importancia de la temperatura
Uno de los principios básicos para evitar riesgos en la comida es mantener una adecuada temperatura y respetar la cadena de frío. Para impedir que un determinado alimento se estropee se debe conservar caliente o frío - por encima de 60ºC o por debajo de 4ºC -. Las bacterias se pueden desarrollar más rápidamente en comidas cocinadas que permanezcan un par de horas a 30ºC.
A la hora de comer fuera es complicado mantener la comida caliente, y tampoco es lo que más apetece en verano, por lo que es conveniente apostar por conservarla en frío. Las neveras portátiles son la mejor opción, aunque para alimentos menos problemáticos como bocadillos se puede recurrir a las bolsas de refrigeración, menos sólidas pero suficientes para una excursión corta.
Los geles de frío y paquetes de hielo pueden mantener el frío de una nevera portátil durante varias horas. Otra buena idea es congelar previamente las bebidas, de tal modo que ayudan a conservar la baja temperatura y se irán descongelando con el paso de las horas, asegurándonos que están bien frías cuando las necesitemos. Si disponemos del coche en nuestra salida, las neveras con enchufe son una estupenda opción.
Limpieza y orden, fundamentales
La limpieza es otro pilar básico de una cocina segura, pero que no siempre se respeta. Hay que procurar tener bien limpios los envases y las neveras donde vayamos a transportar nuestra comida. Siempre es mejor guardar pequeñas porciones y los alimentos diferentes en recipientes separados y con cierres herméticos.
Si vamos a transportar carne cruda para cocinarla en el exterior, es una buena idea secarla bien con papel de cocina antes de envolverla con varias capas de plástico film, para después introducirla en envases herméticos. Es fundamental evitar que entren en contacto con otros alimentos.
Del mismo modo hay que evitar la contaminación cruzada, especialmente si manipulamos ingredientes crudos y otros cocinados. Los utensilios que vayan a entrar en contacto con carnes o pescados crudos y cocinados nunca deberían utilizarse con otros alimentos, salvo que hayan sido bien lavados.
Se aplica la misma pauta a nuestras manos, que siempre deberán estar limpias. Si no disponemos de fuentes de agua para lavarlas bien con jabón, podemos recurrir a desinfectantes que funcionan en seco y nos asegurarán no contaminar la comida al manipularla. Pero no te olvides de respetar la naturaleza: no uses jabones o lavavajillas en fuentes naturales de agua.
¿Qué comer al aire libre?
Aunque respetemos todas estas pautas, siempre es mejor curarse en salud evitando riesgos innecesarios. Hay alimentos más susceptibles de producir intoxicaciones alimentarias, sobre todo en verano, por lo que es más recomendable apostar por otros productos con menos riesgos.
El huevo es uno de los mayores causantes de intoxicaciones en verano. Es mejor desechar mayonesas y otras preparaciones con huevo crudo, y apostar siempre por un origen que garantice su seguridad. Se lavará la cáscara sólo en el momento de usarlos, procurando que ningún trocito caiga en el recipiente donde vayamos a cocinar.
Frutas, verduras y frutos secos son la mejor opción para comer al aire libre, siempre bien lavados desde casa y procurando que no entren en contacto directo con la luz solar. También son una buena idea las conservas, que no requieren frío hasta que se abren, y productos deshidratados.
En cuanto a las carnes crudas que se vayan a cocinar al aire libre, hay que tener mucho cuidado con su correcta cocción. Para evitar riesgos un termómetro puede ser una buena inversión, ya que aunque parezca que la pieza está cocinada por fuera, podría estar demasiado cruda todavía por dentro.
Pautas básicas para la comida al aire libre
- Ningún alimento cocinado o carne cruda debería estar a temperatura ambiente más de dos horas. Si hace mucho calor, en apenas una hora puede contaminarse.
- Mantener fría la comida el máximo tiempo posible.
- Envasar correctamente cada comida usando recipientes herméticos.
- Evitar la contaminación cruzada entre productos crudos y cocinados.
- Mantener una correcta limpieza de utensilios, envases y de nuestras manos.
- Cocinar aecuadamente los alimentos. Un termómetro puede ser una buena ayuda.
- Evitar el contacto directo de la luz solar con los alimentos o la nevera portátil.
- Apostar por los productos y platos menos perecederos (fruta fresca, pan, conservas).
- No llevar ningún plato a medio cocinar.
- Dejar el espacio natural tal y como nos lo encontramos.
Teniendo en cuenta estos sencillos consejos, y aplicando un poco el sentido común, nos aseguraremos de disfrutar plenamente de nuestras comidas al aire libre con total seguridad. ¿Os gusta preparar picnics o acampadas durante el verano?
Imágenes | alex lang, Ted Murphy, Alf Altendorf, Till Westermayer, iris, Flare En Directo al Paladar | Por qué las intoxicaciones alimentarias aumentan en verano En Directo al Paladar | Normas básicas que garantizan la seguridad de los alimentos
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