El colectivo de artistas 'I Scream Factory' emplea el helado como metáfora de la vida

Con las altas temperaturas que estamos viviendo estos días y el verano a la vuelta de la esquina seguro hay un producto que vuelve a reclamar su protagonismo, el helado. Yo defiendo el comerlos todo el año pero es ahora cuando más apetecen, y por eso el proyecto I Scream Factory me llamó la atención desde el principio. Se trata de un colectivo de artistas que trabajan en torno al helado usándolo como metáfora de la vida.

Jugando con las palabras I scream, "yo grito", similar a ice-cream, "helado", el colectivo fue creado en 2010 por la austriaca como parte de un proyecto del Central Saint Martins College de Londres. Integra a artistas de diferentes nacionalidades trabajando cada uno con sus propias técnicas y medios, bajo conceptos comunes. Conciben el helado como una metáfora de la fragilidad de la vida.

La fotografía es el medio predominante en este proyecto, y observar las diferentes series sin prestar atención a los conceptos que las mueven pueden resultar vacías o absurdas. Cada autor tiene su estilo propio y eso se refleja en la variedad de estilos, con aproximaciones muy diferentes al helado y la relación que tenemos con él. Estéticamente pueden gustarnos unos más que otros, pero es interesante la idea que subyace detrás de todos ellos.

El helado es un producto que tiene unas connotaciones sociales y personales muy fuertes en nuestra sociedad. Es un placer, una delicia que encanta a los niños y seduce a los más mayores, que despierta recuerdos y levanta pasiones. Podemos asociar muchos conceptos al helado: infancia, diversión, vacaciones, sociedad de consumo, momento de placer, tentación golosa, lujo, ocio, etc.

El colectivo I Scream Factory pretende centrar la atención en la percepción multisensorial que tenemos del helado, convirtiéndolo en una metáfora de la vida. Hay muchas maneras y muchos momentos distintos para saborear un helado, del mismo modo que nos enfrentamos al día a día. A cada uno nos puede despertar y recuerdos, emociones y sensaciones diferentes.

Alexandra Plesner, experta en marketing, moda y diseño creativo, se planteó las bases de este proyecto artístico a partir de los recuerdos de su propia familia, ligada durante generaciones a la elaboración artesana de helados y otros dulces. Su pasión por el helado y las sensaciones que en ella despierta la llevaron a usarlo como metáfora para explorar las percepciones humanas.

Cada artista del colectivo juega y experimenta con las posibilidades sensoriales y conceptuales que ofrece la relación del sujo con un helado. Las distintas formas, colores y texturas permiten crear escenas sugestivas muy diferentes: elegantes, gamberras, oníricas, seductoras, sucias, infantiles, perturbadoras, absurdas, agradables, etc. El autor expone su metáfora particular, pero es el espectador el que interpreta y experimenta sus propias sensaciones.

De este modo, I Scream Factory busca una reacción en el espectador, incitarle a la reflexión sobre conceptos vitales, a crear nuevos niveles de interacción y acción con la realidad que vive. Al final, se trata una vez más de tomar conciencia sobre la fugacidad de la vida y de valorar aquellas cosas que realmente importan. Porque la vida es como el helado, un placer que se derrite demasiado rápido. Hay que saborearla mientras dura.

Más información | I Scream Factory
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