Los frigoríficos de los supermercados cada día ofrecen más ensaladas y vegetales preparados, listos para consumir. Ya no hay excusa para quien no tiene tiempo de hacer la comida pero desea una alimentación saludable, y es que la comodidad que otorgan las ensaladas preparadas es mucha, además de la cantidad de variedades que ofrecen.
Aunque una vez calculada la parte que se desecha de las hortalizas enteras, las preparadas resultan dos o tres veces más caras, si eres de los que gustan de una ensalada muy variada, posiblemente a la larga no lo son tanto, pues cuando compramos diversas variedades de lechuga enteras para realizar una ensalada surtida, alguna puede terminar estropeándose en el frigorífico.
La elaboración industrial de las ensaladas preparadas es similar al tratamiento casero, se seleccionan las hojas de lechuga, se limpian, se cortan, se lavan, se secan y se envasan, todo ello con mucho rigor en cuanto a la higiene para reducir la carga bacteriana. No se utilizan aditivos, generalmente en las bolsas se introduce una mezcla de gases inertes, como reza en la etiqueta, “envasado en atmósfera protectora”. A la hora de comprar ensaladas o vegetales preparados, debemos verificar que se encuentran en buen estado, gracias a que las bolsas son transparentes lo podemos comprobar, pero como es un producto de poca durabilidad debe consumirse cuanto antes.
Las bolsas de vegetales siempre deben mantenerse en el frigorífico, pues el frío mantiene bajo control el crecimiento de microorganismos, tenlo en cuenta cuando las tengas en casa y sobre todo antes de comprarla, si en el supermercado las tienen fuera del refrigerador, mejor olvídate de ellas.
Si han pasado un par de días y la ensalada se mantiene en buen estado, aunque la fecha de caducidad haya cumplido, puede consumirse, basta con lavarla en agua muy fría para que resulte más crujiente.
Ensalada César, Mediterránea, Cuatro Estaciones, Gourmet... ¿cuál prefieres?
En Directo al Paladar | Para mejorar las cualidades de las ensaladas