Aunque, por regla general, no soy muy del gusto de sopas, caldos y demás comidas de cuchara —salvo mi la fabada y el pote asturiano— el gazpacho andaluz siempre ha sido plato de mi agrado.
Antes de que hubiera tomates todo el año, era una receta ideal para el verano, no solo por su poder refrescante al ser una sopa fría, sino porque era perfecto para gastar todos esos tomate camino de la perdición.
Hoy en día el gazpacho se puede preparar cuando se quiera y, para los más perezosos, hay una gran variedad de gazpacho preparado y envasado de venta en todos los supermercados. Uno de ellos es este gazpacho andaluz Solfrío que he tenido el placer de probar.
La presentación
Por fuera, aunque el diseño está cuidado y los colores son alegres, el envase no destaca especialmente entre el resto que podamos encontrar en el lineal de refrigerados. Pero eso es lo de menos, lo importante es el aspecto del gazpacho una vez en el plato.
Lo primero que sorprende al verterlo es su poca viscosidad. No hay grumos y el líquido fluye con facilidad, sin borbotones. Por un lado es bueno, pues indica que se ha triturado y tamizado muy bien (los trozos de ingredientes son minúsculos, del orden de medio milímetro), pero también puede indicar una mayor presencia de agua y, por lo tanto, menos “chicha”.
El color es muy atractivo, de un naranja intenso con reflejos verdosos. Realmente apetece meter la cuchara en el plato para probarlo.
La degustación
La primera impresión sobre su fluidez se confirma en cuanto acercamos la cuchara al plato o inclinamos el vaso para beber. Es sensiblemente más líquido que gazpachos de otras marcas, lo que tal vez lo hace más apropiado para degustar en vaso que en plato.
Una vez en la boca nos encontramos con un sabor y una textura muy finos y delicados, que contrasta con los sabores más intensos de otros gazpachos que he probado. Puede que haya a quien no le guste esa finura, pero se nota un producto más elaborado y cuidado, igual exagerando un poco, como hecho por tu abuela. El hecho de que esté elaborado con aceite de oliva virgen extra, también ayuda.
Conclusión
A pesar de que la diferencia con gazpachos de otras marcas no es abismal, la delicadeza del sabor y la textura así como la calidad de los ingredientes hacen del gazpacho andaluz Solfrío una buena opción de compra para aquellos que quieran disfrutar de un buen gazpacho sin ir a ver a su madre o abuela ni preparárselo ellos mismo. Tal vez ligeramente aguado para según que gustos, pero muy rico.
Sin despreciar el clásico plato con dados de pan, de entre todas las formas en que lo probé, me quedo con el chupito de gazpacho con hojita de hierbabuena. La mezcla de aromas y sabores es deliciosa y, al ser más líquido, se bebe con facilidad y alegría. Para tenerlo en cuenta como aperitivo.
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