Quizá por haber crecido con una fuente inagotable de limones - gracias a los cultivos de mi abuelo -, no concibo una cocina sin este cítrico. Me encanta su sabor fuerte no sólo como condimento, también puedo comerme unos gajos al natural sin problemas. Mis padres dicen que la afición me viene de pequeña, cuando un día agarré un trozo de esta fruta y empecé a comérmela poniendo caras raras. Seguramente tendría un aspecto parecido al de estos graciosos retratos de niños probando un limón por primera vez.
A una determinada edad, los más pequeños suelen mostrar una enorme curiosidad hacia todo lo que les rodea, especialmente si se lo pueden llevar a la boca. Y otra característica que me gusta observar de los niños más jóvenes es la gestualidad de sus caritas, cuando dejan ver sus emociones a través de todo tipo de gestos de lo más expresivos. ¿Qué ocurre cuando un niño prueba un limón por primera vez? El fuerte sabor de este cítrico desata todo tipo de gestos en los más pequeños, como se puede ver en esta serie de fotografías.
Se trata del trabajo conjunto de dos fotógrafos profesionales, David Wile y April Maciborka, que han colaborado para realizar esta colección de simpáticos retratos de niños comiendo un limón. Con el nombre de pucker (arruga, fruncido), han reunido en esta obra una serie de fotografías en las que retratan a niños de distintas edades, pero sin superar los dos o tres años, enfrentándose por primera vez a un limón.
Cada peque aparece fotografiado sobre un fondo azul celeste, desde la cintura, ataviados con unos baberos de estilos similares. Todos sostienen un trozo de limón en las manos, algunos lo tienen en la boca, y cada uno de ellos muestra su reacción a través de los gestos de sus caras.
Hay reacciones de todo tipo, desde sorpresa o disgusto hasta lloros y risas. La gestualidad de cada niño centra la composición y la atención de cada retrato, consiguiendo que cada uno de los protagonistas nos transmitan sus emociones sin necesidad de palabras o de otra información. Sólo con sus caras podemos comprender perfectamente la reacción de cada uno frente al sabor ácido del limón.
El resultado es de lo más simpático, con algunos retratos realmente divertidos, y otros muy tiernos. Cuando sienod adultos probamos algo que no nos gusta solemos disimular un poco nuestra reacción, especialmente si estamos en público, pero estos niños no ocultan en absoluto lo que sienten. Seguro que los que sois padres habéis podido comprobar reacciones parecidas en vuestros peques a la hora de probar ciertas comidas.
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