“La tecnología me tiene frito”, eso parece lo que quiere exclamar Henry Heargreaves, el fotógrafo detrás de esta serie de gagdets fritos, que es como se titula realmente, aunque más bien parece que estén rebozados.
A través del susto que nos produce ver nuestros queridos aparatos así de aceitosos, el autor quiere remarcar el hecho de que hoy en día utilizamos la tecnología como si se tratara de comida rápida, casi como si fueran gadgets de usar y tirar, de lo rápido que cambiamos de móvil o de ordenador.
Esta vorágine consumista no es solo insostenible desde el punto de vista económico —quién no ha cambiado de móvil cada año y medio los últimos años— sino también desde una perspectiva medioambiental, ya que los residuos tecnológicos son altamente tóxicos para nuestro entorno.
Así que, siguiendo con la analogía, si no queremos freír nuestro planeta, no usemos la tecnología como si nos la sirvieran en un cucurucho de pescaíto frito
Más información | Henry Heargreaves
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