Los denominados “farmaalimentos” poco a poco se están introduciendo en el mercado español, según algunos informes, indican que ya ocupan un tercio de nuestro mercado y van en aumento, los alimentos de diseño arrasan, de eso no hay duda.
Todo tipo de alimentos funcionales aumentan día a día sus ventas, la capacidad que se les atribuye para prevenir enfermedades o aliviar algunos síntomas de ellas, son un reclamo bastante sugerente. La mayoría de estos nuevos alimentos cumplen realmente las funciones que publicitan, aunque hay una pequeña minoría de alimentos en los que no es así.
Siempre que exista un estudio científico que avale un alimento funcional nos dará más garantía de su eficacia en nuestro organismo. Pero no debemos olvidar que uno no puede hincharse a alimentos ricos en colesterol y después tomarse un alimento funcional para reducirlo. Este no serviría de nada, un alimento funcional debe ser conjugado con una buena alimentación y un ejercicio físico adecuado.
De nada servirá un alimento funcional si no es acompañado de una vida sana, los nuevos “farmaalimentos” son saludables, pero no hacen milagros.
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