Cada familia y cada niño es un mundo diferente, pero enseñar a los más pequeños a comer bien, a elegir y disfrutar del sabor de productos saludables, puede ser una tarea difícil. Hay muchos factores que influyen en el proceso, pero parece haber una tendencia que apunta a que los niños de las familias con una mejor situación económica desarrollan más fácilmente hábitos saludables en su alimentación. ¿Cuál es el motivo?
Según apunta un estudio publicado en Social Science and Medicine, la razón es una consecuencia indirecta del poder adquisitivo. La clave para que un niño pequeño acepte nuevos alimentos o aprenda a desarrollar el gusto por las verduras parece estar en la repetición y la constancia, y eso es algo que las familias con un presupuesto ajustado no se pueden permitir tanto.
Muchos niños rechazan la primera vez ciertos alimentos y ciertos platos, especialmente legumbres, verduras, frutas o pescado. Es importante empezar pronto a enseñarles buenos hábitos y también cundir con el ejemplo, pero en ocasiones el menor simplemente se niega a probarlos. En esos casos, la repetición es clave, insistir durante días de forma regular con las mismas comidas hasta que se anime a probarlo y aprenda a apreciarlo.
Eso implica tener que desperdiciar comida o acabar con excesos de sobras, y además hay que buscar una alternativa para que el niño coma algo esos días en los que realmente se niega a probar su plato. Según el estudio llevado a cabo por Caitlin Daniel del Departamento de Sociología de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, las familias con un presupuesto ajustado no se lo pueden permitir. Si el niño no come algo, ya no se vuelve a ofrecer y se prefiere la seguridad de lo que sí le gusta.
De este modo, no se trata tanto de que en las familias con ingresos bajos puedan alimentarse peor porque solo compran comida barata, sino que apostarían además por reducir el desperdicio al mínimo. Por eso es importante que los padres sean desde el primer momento el mejor ejemplo para sus hijos, que desde pequeños vean y aprendan a alimentarse correctamente, aunque a veces haya que ser un poco creativos en la cocina. En cualquier caso, es terrible pensar que un niño no adquiere hábitos saludables durante su desarrollo porque sus padres no se lo pueden permitir.
Vía | Food and Wine
Imágenes | Donnie Ray Jones, USDA
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