Prepara para la cena una receta que le da un giro a las verduras y disfrutar de un platillo sin carne esta cuaresma

Como un clásico de la gastronomía italiana, muchos creen que la clave para disfrutar de una buena pizza es el hecho de que tiene que contener carne para poderla degustar, sin embargo, aquí te traemos la prueba de que una pizza vegetariana casera es también una buena idea para preparar en los días de cuaresma y sorprender a la familia dándole un nuevo giro a lo que esperaban de una cena con verduras.

Al contrario de otro tipo de recetas muy tradicionales como la pizza cuatro quesos, la pizza hawaiana o la pizza cuatro estaciones, esta preparación de inspiración vegetariana no va a llevar ningún otro elemento animal más allá del queso de la base, por lo que es ideal para aquellos que quieren minimizar el consumo de alimentos de origen animal.

Para comenzar con la masa, ponemos en la amasadora los 540 gramos de harina e incorporamos la levadura, el aceite y el agua. Cuando esté bien incorporado todo añadimos sal y amasaremos por tres minutos más.

Sacamos la masa a un bol y dejar fermentar una hora a temperatura ambiente tapando con un paño de cocina. Pasado ese tiempo, sacamos la masa del bol, separamos en 3 porciones y amasamos ligeramente, hacemos 3 bolas con tensión y disponemos en una bandeja. Tapamos con film transparente y dejamos en la nevera entre 24 y 48 horas para una fermentación lenta.

Para preparar las verduras, cortamos el pimiento rojo, el verde y el amarillo, así como unas calabacitas y una berenjena de tamaño medio en tiras y cachitos pequeños. 

Precalentamos el horno a 250 ºC. En una encimera limpia, espolvoreamos sémola de trigo molida y sobre ella estirar con las manos la masa de pizza hasta el tamaño y grosor deseado. 

Colocamos encima tomate frito y horneamos hasta que los bordes comiencen a dorarse. En ese momento, disponemos sobre la base con tomate el queso mozzarella cortada en discos y las verduras, para hornear 4 minutos más hasta que comience a fundir.

En este punto sacamos del horno con ayuda de una pala y colocamos en el plato para servir.

Ideal para toda ocasión, esta pizza que no llevará más de 30 de minutos de preparar y que facilitará muchas más preparaciones en un futuro al guardar la masa lista en el refrigerador, se convertirá en un platillo recurrente y delicioso como parte de tus menús.

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