Al parecer y según indica el ecologista Chris Goodall, es preferible acudir al supermercado a realizar las compras habituales en coche que caminando, pero no pienses que es por tu comodidad. Para llegar a tal afirmación, el ecologista ha calculado el gasto energético de una persona que acude a su establecimiento habitual andando y ha tenido en cuenta todo lo que mueve y se deriva de este simple hecho.
El consumo energético que realiza el consumidor en cuestión proviene del aporte de los alimentos que se procesan en la industria, a mayor consumo energético mayor es el hambre y mayor es la maquinaria industrial que se mueve para satisfacer la necesidad del consumidor. Esta maquinaria contamina hasta cuatro veces más de lo que lo haría un coche que acude a dicho establecimiento.
La respuesta a la pregunta ¿quieres contribuir en la lucha contra el calentamiento de la Tierra?, podría ser: acude al supermercado en coche. El simple hecho de sobrealimentarse genera una gran cantidad de contaminantes vertidos a la atmósfera y en consecuencia, en pro del calentamiento global. La contaminación ambiental se traduce en energía, prácticamente todos los alimentos tienen tras de si una estela de contaminación, incluso si son ecológicos, claro que si son del propio huerto la cosa cambia, pero por norma general, los productos que compramos provienen de distintas partes del mundo y sólo el transporte genera una increíble cantidad de CO2 y demás contaminantes.
Según muestra la publicación Times On Line, un kilo de carne disfrutado por un consumidor ha generado nada menos que 36 kilos de gases que favorecen el calentamiento global. Quizá, replantearse los cambios necesarios para que los alimentos no generen tales cantidades de desperdicios sea algo prácticamente inviable que repercutiría en toda la economía mundial pero ¿hasta entonces que?, ¿vamos en coche al supermercado?
El artículo publicado en Times On Line es sumamente interesante y nos hace reflexionar sobre el origen real de muchos de los gases y contaminantes que propician el calentamiento global. Esta es una de las fatales consecuencias que se generan de la globalización gastronómica.
Vía | Pixel y Dixel Más información | Times On Line Más información | Chris Goodall