El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recibido en La Moncloa al presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en la que es la primera visita de Estado de un presidente chino a España en los últimos trece años. Una visita en la que se han rubricado las bases de la relación estratégica integral con China, memorandos, convenios y protocolos varios entre los que se encuentra un nuevo protocolo de exportación de carne de porcino, uno de los más importantes.
El nuevo protocolo para productos de porcino elimina el deshuesado obligatorio para el jamón y el requisito de que los productos curados tengan al menos 313 días de curación. Con ello China autoriza las importaciones de jamón con hueso o pezuña, embutidos curados como el lomo, el chorizo, el salchichón y el jamón serrano.
El acuerdo actual en vigor solo permite la importación a China de carne y despojos de porcino fresco, refrigerado o congelado, así como jamón y paleta curada y deshuesada con un mínimo de 313 días de curación. Sin embargo el nuevo protocolo permite que España pueda exportar a China carne congelada, carne fresca y despojos. Abriendo, por tanto, grandísimas posibilidades a la industria cárnica española para acceder al mayor mercado consumidor del mundo.
España se convirtió en 2017 en el primer exportador de carne de porcino a China. El segundo, por detrás de EEUU, si se tiene en cuenta tanto carne como despojos. Entre enero y agosto de este año, España ha exportado China producto porcino comestible por valor de 298,4 millones de euros, un descenso del 14% respecto al mismo periodo de 2017, pero este acuerdo se da en un momento que puede resultar beneficioso para el producto español, con el sector cárnico afectado por los brotes recientes de fiebre porcina africana, registrados en numerosas zonas del país, y los aranceles impuestos por el actual conflicto comercial entre EEUU y China.
A pesar de todo, la noticia parece tener intranquilos a muchos que andan preguntando si los precios se van a disparar, va a haber escasez de estos productos en nuestros lineales o tendremos jamón esta Navidad. A los españoles nos gusta (un pelín) el drama, aunque esta vez hay que entenderlo porque el acuerdo con China nos toca la fibra sensible. Al fin y al cabo los embutidos son productos queridísimos por los españoles, pero todavía es pronto para que estos asuntos nos supongan una preocupación.
Nos tranquiliza hablar con Jesús Pérez, Responsable de Comunicación de ASICI, Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico, quien considera que esta es una buena noticia para la economía española, en general, y el sector porcino, en particular, y que la idea de que los españoles nos vamos a quedar sin jamón es algo simplista. Este es un escenario tremendamente difícil de predecir.
Todo depende de cómo se comporte el mercado chino, algo que desconocemos en este momento. ¿Podría darse el caso que China demandara gran cantidad de producto porcino a mejores precios que ningún otro postor y, además, de forma inmediata? Sí, podría, y con ello, según la ley de la oferta y la demanda, subirían los precios en España (y nos quedaríamos sin nuestro jamón estas navidades). Pero este escenario es pura conjetura.
El producto porcino se importa a China desde hace años, pero esto no significa que el chorizo, el lomo o el jamón, entre otros, sean conocidos ni populares en el país. Las asociaciones de productores y organismos oficiales españoles tienen por delante una labor extensa de promoción y distribución que lleve estos productos a las tiendas y, de ahí, a los consumidores finales. Algo que puede llevar años, tiempo que debería permitir a las empresas españolas ajustar su volumen de producción y, con ello, asegurar que hay producto suficiente para cubrir la demanda global, la de nuestro país, la de China y la de cualquier otro mercado internacional.
¨Este tipo de acuerdos comerciales afecta positivamente al sector y la economía española y genera riqueza", comenta Pérez. No solo las grandes empresas, sino también los pequeños ganaderos de zonas rurales. Son muchas las familias que viven de la explotación de ganado porcino y todas ellas se benefician de medidas como esta. Sobre todo los productores de productos no ibéricos, con menos de 313 días de curación, que son quienes ven abrirse sus horizontes y posibilidades de crecimiento.