Biscotti clásico de almendras: las galletas italianas más famosas (que en realidad se llaman cantucci)

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En Italia biscotti es una palabra genérica que se usa para cualquier galleta, que en algún momento se internacionalizó para referirnos a los cantucci. Con su versión catalana de carquinyolis, la francesa de croquants y muchas otras variantes, el nombre es lo de menos: son un clásico de las sobremesas dulces.

Se pueden preparar añadiendo algo de mantequilla para que la masa sea menos dura y crujiente, y también admiten variaciones en el tipo de almendra -con piel o sin ella-, pero es esencial que sea un fruto seco de calidad. Con avellanas o pistachos quedan también deliciosos.

Un vistazo a…
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Ingredientes

Para 20 unidades
  • Huevo L 2
  • Azúcar 130 g
  • Esencia de vainilla 2.5 ml
  • Esencia de almendra (opcional) 2.5 ml
  • Harina de repostería 225 g
  • Levadura química (cucharadita) 1 g
  • Sal (cucharadita) 0.5
  • Almendras crudas enteras con o sin piel 300 g

Cómo hacer biscotti clásico de almendras

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 55 m
  • Elaboración 10 m
  • Cocción 45 m
  • Reposo 5 m

Precalentar el horno a 180º C y preparar una bandeja engrasándola o cubriéndola con papel sulfurizado.

Batir con ayuda de una batidora de varillas los huevos con el azúcar, a velocidad alta, durante unos cinco minutos, hasta que quede bien espeso. Añadir las esencias y batir un poco más.

Tamizar encima la harina con la levadura y la sal, mezclando bien. Incorporar las almendras enteras, repartiéndolas por toda la masa de forma homogénea.

Formar un rectángulo con la masa sobre la bandeja, de unos 30 cm de largo. La masa debe ser pegajosa, por lo que es más sencillo ir colocando porciones con una cuchara grande y luego darle forma con una espátula humedecida. Hay que procurar que quede homogénea y de forma regular.

Hornear durante unos 20 minutos, hasta que se haya dorado muy ligeramente y esté firme al tacto. Esperar un par de minutos y dejar enfriar sobre una rejilla.

Bajar la temperatura del horno a 160º C. Cuando la masa no esté demasiado caliente, cortar los biscotti usando un buen cuchillo de sierra, al biés, de un grosor aproximado de 1,5 cm.

Distribuirlos en la bandeja y volver a hornear 10 minutos. Dar la vuelta a cada uno y devolver al horno, hasta que se hayan dorado al gusto. Dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.

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Con qué acompañar los biscotti

Los biscotti clásicos de almendras son una delicia para acompañar el café, té, o un buen vino dulce, pues su textura y forma los hacen ideales para mojar. Bien guardados aguantan crujientes varios días, aunque probablemente se os acaben mucho antes.

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