Recuerdan sin duda a los biscotti -en realidad, cantucci-, carquinyolis y sus variantes, pero la autora original de esta receta de galletitas las bautizó como biscottini por su perfil fino y textura muy crujiente. El nombre es lo de menos; se trata de unas pastas muy sencillas que solo requieren un poco de tiempo debido al doble horneado, con una recompensa que sin duda merece la pena. No nos decidíamos por un solo fruto seco, así que utilizamos una mezcla de varios paquetes que teníamos abiertos por casa.
Ingredientes
- Clara de huevo 100 g
- Azúcar 100 g
- Esencia de vainilla 2 ml
- Harina de repostería 100 g
- Sal 2 g
- Frutos secos variados (pistachos, pasas, nueces, almendras, piñones, arándanos, avellanas...) 150 g
Cómo hacer galletas finas crujientes de frutos secos
- Tiempo total 55 m
- Elaboración 15 m
- Cocción 40 m
- Reposo 45 m
Precalentar el horno a 180ºC con aire ventilador. Preparar un molde de tipo plumcake o rectangular, de unos 20x10 cm, o medidas aproximadas. Realmente el tamaño es un poco indiferente, simplemente saldrán galletas más anchas o más apaisadas. Forrar con papel antiadherente o engrasar.
Disponer las claras en un recipiente limpio y batir un poco hasta espumar, con varillas manuales o batidora de varillas eléctricas. Agregar poco a poco el azúcar, sin dejar de batir, hasta conseguir una especie de merengue espeso y brillante. Añadir la vainilla y batir un poco más.
Tamizar encima la harina con la sal y mezclar con las varillas para incorporarla de forma homogénea. Agregar la mezcla de frutos secos y remover con movimientos envolventes. Verter en el molde, igualando la parte superior con el dorso de una cuchara o con una espátula.
Hornear durante unos 22-25 minutos, hasta que esté ligeramente dorado y firme al tacto. Esperar un par de minutos fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Bajar la temperatura del horno a 150ºC y preparar dos bandejas con papel antiadherente. Solo con la masa totalmente fría, cortar las galletas con el grosor más fino posible. Usar un cuchillo de sierra pequeña, con cuidado y poco a poco.
Disponer las galletas en las bandejas y hornear una cada vez, unos 15-20 minutos, solo hasta que empiecen a dorarse. Lo ideal es que no se tuesten por el centro y permanezcan blancas. Si el horno no calienta igual por todas partes, girar las bandejas a mitad de la cocción. Dejar enfriar sobre una rejilla.
Con qué acompañar los biscottini o galletas crujientes
Sin duda alguna, estas galletas finas y crujientes alegrarán la sobremesa o la merienda con café recién hecho, un buen té o infusión aromática, aunque también apetecen mucho por la noche, con una copa de vino dulce ocasional. Son perfectas para mojar en la taza o vaso y disfrutar de su textura adictiva y el gran sabor que proporcionan los frutos y frutas secas.
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