El dulce de leche que lleva incorporado este bizcocho puede ser en conserva o bien hecho por vosotros, lo importante es que le aporta un toque caramelizado al bizcocho que os sorprenderá. Y no os preocupéis, a esas proporciones no resulta empalagoso ni lo hace más dulce de lo normal, quedando un bizcocho muy jugoso gracias a la crème fraîche que siempre ayuda a suavizar las masas con levadura. Ésta se encuentra fácilmente en los lineales de productos lácteos y además podéis hacerla casera.
Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo o a 170ºC con turbo (aire). Engrasar y enharinar un molde, mejor en forma de corona para que la cocción sea más uniforme. Derretir unos segundos la mantequilla al fuego o al microondas hasta que esté líquida y dejar templar unos minutos hasta que pierda temperatura.
Mezclar en un bol la harina con levadura incorporada y el azúcar. En otro recipiente unir la mantequilla, los huevos, el dulce de leche y la crème fraîche. Remover con unas varillas hasta que los ingredientes estén totalmente mezclados. Añadir la harina y el azúcar y seguir mezclando hasta que no se vean grumos en la masa.
Verter la mezcla en el molde y hornear durante 50 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo este salga limpio. Retirar del horno y dejarlo unos cinco minutos dentro del molde y después desmoldarlo encima de una rejilla hasta que enfríe.
Con qué acompañar el bizcocho de dulce de leche
El bizcocho de dulce de leche es un pastel que gracias a la crème fraîche se mantiene muy esponjoso y tierno durante varios días. Aunque creo que este detalle no lo vais a poder comprobar, sobre todo si tenéis niños en casa, ya que seguro que os vuela de vuestra despensa; es perfecto para acompañar de un vaso de leche o bebida vegetal fresquita, sin nada más, o algo de fruta fresca.
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