Por lo general, soy organizada y no me lanzo a preparar una receta sin haber comprobado antes si tengo, o no, todos los ingredientes necesarios. Sin embargo, alguna vez me he visto en el apuro de no tener suficiente de uno u otro. Me ocurrió recientemente que, dispuesta a preparar un capricho para la merienda, me encontré con que no tenía harina y moría de ganas por hacer un bizcocho.
Recordé haber leído en varias ocasiones que la galleta triturada es un buen sustituto de la harina en la elaboración de bizcochos, así que me animé a probarlo. Tomé una receta base de bizcocho, ajusté cantidades de unos ingredientes, sustituí otros (léase, la harina) y, poco menos de una hora más tarde, de mi horno salía este rico bizcocho de galletas.
Comenzamos triturando las galletas hasta convertirlas en un polvo muy fino, lo más parecido en textura a la harina que reemplazan. Para ello podemos utilizar un robot de cocina o aplastarlas, dentro de una bolsa, con un rodillo. Lo primero es más efectivo, lo segundo es una opción excelente si no contamos con ningún aparato que nos facilite la tarea. Reservamos una cucharada.
Introducimos la galleta triturada en un recipiente hondo y amplio. Le agregamos el cacao, el azúcar y el impulsor químico y mezclamos bien hasta integrar. En otro cuenco, batimos los huevos y añadimos el aceite y la leche. Nos aseguramos de que todos los ingredientes líquidos están bien integrados antes de incorporarlos a la mezcla de las galletas. Removemos bien.
Engrasamos el molde con aceite y lo espolvoreamos con la galleta triturada que hemos reservado anteriormente. Retiramos el exceso volteando el molde (mejor si es sobre la pila, pues ensuciaremos menos) y dándole unos golpecitos. Rellenamos con la mezcla anterior e introducimos en el centro del horno pre-calentado a 180 º. Cocemos durante, aproximadamente, 40 minutos.
Retiramos el bizcocho del horno y dejamos que atempere antes de desmoldar. Yo tengo un truco para que los bizcochos queden más jugosos: meterlos en una bolsa de plástico cuando todavía están calientes y dejar que se enfríen dentro de ella. La bolsa cerrada genera un vapor que hace que los bizcochos queden muy jugosos. Probadlo y veréis qué diferencia.
Con qué acompañar el bizcocho de galletas
Este bizcocho de galletas es perfecto para la merienda, si lo acompañamos de un vaso de leche fresca con la que equilibrar la potencia de sabor del bizcocho. Aunque también podemos convertirlo en un gran postre si lo vestimos un poco y lo acompañamos de una bola de helado de vainilla, un poco de nata montada, unos frutos rojos, etc.