El kéfir de leche es un alimento parecido al yogur líquido y se consume desde hace miles de años. Los campesinos de las montañas del norte del Cáucaso preparaban una bebida llamada ayrag (precedente del kéfir), que se conseguía dejando reposar leche en odres fabricados con piel de cabra los cuales nunca se lavaban. Según parece kéfir significa sensación agradable, pues así se siente quien lo consume y quien lo regala.
Esta receta de bizcocho de kéfir al aroma de limón la encontramos en el blog de Carmen y no pudimos resistirnos a llevarla a la práctica. Para los que nunca hayáis probado el kéfir, debéis saber que su sabor es ligeramente ácido, aunque no se nota en este bizcocho, pues es muy suave y esponjoso.
Empezamos precantando el horno a 180ºC. Después, separamos las claras de las yemas y montamos las claras con unas varillas y la mitad del azúcar. Las reservamos. En otro bol mezclamos las yemas con el resto del azúcar y la ralladura de limón.
Agregamos el aceite, la almendra molida, la harina y la levadura. Mezclamos bien. Incorporamos el kéfir y, por último, las claras montadas, removiendo con una éspatula para que la masa no se baje. Ponemos la mezcla en el molde engrasado y lo cocemos a 180º unos 30 minutos.
Con qué acompañar el bizcocho de kéfir al aroma de limón
Esta receta de bizcocho de kéfir al aroma de limón es una masa muy suave y esponjosa, por eso os recomendamos guardarlo en un recipiente hermético para evitar que se endurezca demasiado. Lo podéis servir con un poco de nata montada si lo queréis como postre, en los desayunos y merienda acompañadlo con vuestra mermelada preferida.