Invierno es tiempo de mandarinas y hay que aprovecharlas todo lo que podamos. Naranjas y limones suelen acaparar el protagonismo de la repostería, pero el pequeño cítrico puede regalarnos bizcochos tan o más ricos, con un intenso aroma y dulzor fresco que se acentúa si usamos la mandarina entera, aprovechando que la piel es más fina.
No nos pudimos resistir a probar la receta que compartió Isabel Pérez de Aliter Dulcia en su Instagram, pues despertó nuestro antojo por un bizcocho casero al instante. La hemos adaptado reduciendo un poco la cantidad de azúcar, usando aceite de oliva y añadiendo leche, y probablemente repetiremos pronto agregando algún aroma especial como tomillo o lavanda.
Para obtener un bizcocho excepcional solo hay que elegir buenas mandarinas, dulces y aromáticas, bien jugosas, con una piel que no sea muy gruesa. Si lo prefieres, puedes desinfectar la fruta en lugar de simplemente lavarla con agua, como explicamos en esta guía para desinfectar alimentos.
Precalentar el horno a 180ºC con aire, si tiene, y engrasar un molde tipo corona o el que se prefiera para el bizcocho (los tiempos de cocción pueden variar según la forma y tamaño). Lavar y secar bien las mandarinas, retirando, si lo conservaran, el cáliz o pedúnculo. Cortar en trozos y triturar con un robot o batidora hasta hacer un puré.
Batir los huevos con el azúcar con una batidora eléctrica de varillas o con varillas manuales, hasta que el azúcar se disuelva y quede un poco esponjoso. Añadir la sal, el aceite y la leche, y batir un poco más. Incorporar el puré de mandarina y mezclar para homogeneizar.
Tamizar encima la harina con la levadura química y mezclar la masa suavemente hasta obtener una masa homogénea sin grumos secos, pero sin sobrebatir. Verter en el molde y dar unos golpes contra la mesa para sacar las burbujas más gruesas.
Hornear a media altura durante unos 45-55 minutos, según el molde y el horno, bajando la temperatura a 170ºC pasados los primeros 15 minutos. Vigilar bien que no se haga demasiado; estará listo cuando al pinchar con una brocheta o palillo solo salgan algunas miguitas.
Sacar y esperar fuera del horno 15-20 minutos antes de desmoldar con mucho cuidado sobre una rejilla. Esperar a que se enfríe por completo antes de decorar, si se desea, con azúcar glasé tamizado.
Con qué acompañar el bizcocho de mandarina
Desayuno, postre o merienda, este esponjoso y aromático bizcocho de mandarina será irresistible para los amantes de la repostería casera de siempre. No necesita más que un vaso de leche, bebida vegetal, café o té para tener el acompañamiento perfecto, aunque los adultos también lo pueden disfrutar con una copita de vino dulce como el Oporto o un Jerez.
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