Se suele decir que las personas se dividen entre las que prefieren el dulce por la mañana y las que eligen lo salado. Pero por mucho que seamos del primer grupo, no es muy buena idea desayunar un pedazo de tarta; para los golosos que busquen una opción menos empalagosa y más nutritiva, este bizcocho integral de yogur griego y sirope de ágave es la opción perfecta.
No lleva huevo, mantequilla o aceite, por lo que apenas tiene grasa, y gracias a las harinas integrales su textura es más densa y saciante. Si no estáis acostumbrados a productos con mucha fibra se puede usar mitad de harina refinada corriente, así la masa será más ligera. El sirope de ágave sigue siendo azúcar, pero endulza menos y no deja la sensación de estar desayunando el postre.
Ingredientes
- Harina integral de trigo o de espelta 300 g
- Harina de maíz amarilla sin cocer (no maizena ni polenta) 75 g
- Sal 2 g
- Levadura química 4 g
- Bicarbonato sódico 2 g
- Yogur griego 420 g
- Leche 40 ml
- Sirope de ágave 125 ml
- Esencia de vainilla 5 ml
Cómo hacer bizcocho integral de yogur y sirope de ágave
- Tiempo total 1 h 10 m
- Elaboración 15 m
- Cocción 55 m
Precalentar el horno a 170ºC y preparar un molde rectangular, engrasándolo o cubriéndolo con papel sulfurizado. Mezclar en un cuenco el yogur griego con el sirope de ágave, la leche y la vainilla.
En otro recipiente más grande, mezclar la harina integral con la harina de maíz, la sal, el bicarbonato y la levadura química. Formar un hueco en el centro e incorporar poco a poco la otra preparación. Mezclar con suavidad hasta conseguir una masa homogénea.
Verter en el molde igualando la superficie con una espátula o el dorso de una cuchara. La masa debe ser húmeda y densa. Añadir un poco de azúcar< por encima si se desea. Hornear a media altura durante unos 50-60 minutos, hasta que al pinchar el centro con un palillo salga limpio. Dejar enfriar sobre una rejilla
Con qué acompañar el bizcocho integral
Este bizcocho integral de yogur y sirope de ágave es perfecto para el desayuno, ya que no resulta muy dulce pero es saciante y energético. Además, al ser denso, se puede mojar en la taza de leche o café con mucha facilidad. Es mejor conservarlo bien envuelto en plástico film en la nevera, sobre todo si hace calor.
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