El mítico bizcocho de yogur) es todo un clásico que forma parte ya de la historia de nuestra gastronomía, al menos a nivel más doméstico y familiar. Básico para iniciarse en la repostería, a partir de su receta podemos introducir muchas variaciones jugando con los ingredientes. Este bizcocho de zanahoria y yogur sigue siendo facilísimo, perfecto para un desayuno o merienda de fin de semana.
La zanahoria añade jugosidad a la masa y, al ser una verdura naturalmente dulzona, nos permite reducir también la cantidad de azúcar para potenciar las especias. Con la presencia de la hortaliza y el uso de harina de espelta integral, esta versión es más nutritiva que otros bizcochos clásicos como el bizcocho yogur y chocolate, sin dejar de ser un dulce de consumo ocasional.
Esta receta está pensada para un molde rectangular de unos 20 cm de largo; para bizcochos más grandes simplemente hay que duplicar cantidades. Podéis separar la claras de huevo y batirla a punto de nieve para añadirlas al final, después de la zanahoria, si queréis una miga más esponjosa y aireada, aunque personalmente aquí me gusta la textura más rústica.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde rectangular de unos 20 cm, engrasándolo o forrándolo con papel de hornear. Rallar fina la zanahoria hasta tener 180 g y reservar aparte.
En un recipiente batir el huevo con el azúcar moreno o panela usando unas varillas manuales o batidora eléctrica. Agregar la mantequilla derretida, el yogur y la leche, y batir hasta incorporar bien.
Mezclar con las varillas manuales secas las harinas, la levadura, el bicarbonato, la sal y las especias. Añadir la zanahoria y mezclar un poco. Echar la preparación de los líquidos y combinar suavemente hasta tener una masa homogénea.
Llenar el molde y hornear durante unos 40-45 minutos, comprobando el punto pinchando con un palillo, que deberá salir con algunas miguitas secas. Esperar unos minutos fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar por completo en una rejilla.
Con qué acompañar el bizcocho de zanahoria y yogur
Este bizcocho de zanahoria y yogur, con su toque integral y la fibra que aporta la hortaliza, sienta muy bien por la mañana para cargarnos de energía junto con una taza de café con leche, un té o bebida vegetal. Si queremos darle un toque más goloso siempre podemos espolvorearlo con azúcar glasé, preparar un glaseado -de limón y azúcar glasé, o de queso crema-, o cubrirlo con azúcar moreno antes de hornear.
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