No recuerdo las veces que habré hecho este bizcocho, ni las que lo he comido cuando era niña. La receta de coca de albaricoques además de ser típica de Ibiza lo es también de mi familia. Las medidas las tenía en envases de yogur, como me explicó mi madre, pero las he pasado a gramos porque así me resultan más precisas.
Para prepararla no encontré los albaricoques que realmente me gustan, que son los grandes y de color anaranjado. La hice con una variedad de fruta más pequeña y pálida, por eso tuve que utilizar más albaricoques de lo habitual. Pero de sabor estaba igual de deliciosa.
Empezamos batiendo los huevos con el azúcar hasta que quede una mezcla espumosa. A continuación, vamos añadiendo el resto de ingredientes, batiendo bien después de cada uno. Untamos un molde con mantequilla y vertemos dentro la masa que hemos preparado. Reservamos.
Lavamos y cortamos los albaricoques por la mitad. Colocamos las mitades sobre la masa, con la parte interna hacia arriba, espolvoreando dentro de cada albaricoque con azúcar y canela molida.
Metemos la coca en el horno precalentado a 180 ºC y la cocemos unos treinta minutos o hasta que pinchando la masa con un palillo este salga limpio. La dejamos enfriar y, por último, la espolvoreamos de abundante azúcar molido.
Con qué acompañar la coca de albaricoques
A mi me resulta imposible comer un solo trozo de esta coca de albaricoques. El anís usado en la masa, aunque no sea en gran cantidad, hace que esta quede esponjosa en su interior y ligeramente crujiente en el exterior. Resulta una estupenda opción para una merienda de verano o un desayuno especial.
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