En la Gran Bretaña de la Edad Media, cuando el uso del azúcar y la miel estaba destinada solamente a las clases más pudientes, tenían que ingeniárselas para endulzar los pasteles y otras preparaciones, así que el uso de la zanahoria, calabaza y remolacha estaba a la orden del día para darle ese punto dulce que cualquier bizcocho necesita.
Siglos después , el carrot cake, un pastel de zanahoria con cobertura de queso muy popular entre la gente, fue llevado hasta Estados Unidos por los emigrantes británicos, volviendo después de la II Guerra Mundial, época de nuevo de escasez, a resurgir para quedarse hasta nuestros días como uno de los pasteles húmedos y jugosos más adictivos y apreciados.
Comenzaremos pelando las zanahorias y rallándolas bien con un rallador o en un robot de cocina. Cuanto más menudas estén mejor. Rallamos también la piel de la naranja y exprimimos su zumo, reservando dos cucharadas soperas. Precalentamos también el horno a 175ºC con ventilador.
En un bol batimos los huevos con el azúcar moreno, añadimos las zanahorias, el aceite, la vainilla, las dos cucharadas de zumo de naranja y la ralladura de naranja. En otro bol mezclamos la harina, la levadura, la sal, los frutos secos y las especias. Mezclamos el contenido de los dos boles. Engrasamos un molde alargado de 22 centímetros de longitud, vertemos la mezcla y cocemos durante 50 minutos.
Mientras el cake se enfría hacemos la cobertura. Para ello en el bol de una batidora con pala mezclar la mantequilla, el queso a temperatura ambiente, el azúcar glas y una pizca de esencia de vainilla, batir hasta obtener una crema lisa y extender por encima del pastel con una espátula.
Con qué acompañar el auténtico carrot cake
Esta receta del auténtico carrot cake resulta deliciosa para tomar tanto al desayuno como a media tarde acompañada de un té o un café. El pastel tierno y especiado está exquisito con su cobertura fresca de queso, pero si no sois de cremas podéis prescindir de ella ya que resulta un bizcocho con una miga más que jugosa incluso para tomar solo. Si le ponéis como manda la tradición la cobertura debéis de mantenerlo en el frigorífico.
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