Nubes, malvaviscos, marshmallows, masmelos, jamoncitos, esponjas, fringuel… Los nombres para definir a esta curiosa golosina son muchos y, sin embargo, todos se refieren a lo mismo.
Lo mejor de todo es que el primer nombre, que nos traslada a las series y películas estadounidenses, ha sido el más popularizado pero nada tiene que ver con una hierba con la que a veces se confunde.
Para que haya confusiones hoy vamos a preparar la receta de malvaviscos caseros, que luego podréis comer como siempre, o tostarlos ligeramente a la barbacoa como hemos visto en decenas de películas.
No es una receta complicada, pero sí tiene un punto crítico que veréis que es fácil de resolver y que tiene que ver con el merengue que necesitamos para esta sencilla preparación. Aún así os recomendamos tener varillas eléctricas o una batidora con accesorio de varillas.
Ingredientes
- Clara de huevo de tamaño L 1
- Gelatina en láminas pequeñas 10
- Azúcar 225 g
- Agua 50 ml
- Esencia de vainilla cucharadita 1
- Azúcar glasé cucharadas para la conservación y baño 2
- Almidón de maíz cucharadas para la conservación y baño 2
Cómo hacer malvaviscos caseros
- Tiempo total 40 m
- Elaboración 40 m
Primero hidratar las hojas de gelatina en agua muy fría en un bol, mientras tanto, hacemos un almíbar poniendo el azúcar con el agua en un cazo a fuego medio.
También recomendamos tener un termómetro de cocina a mano, pues nos vendrá bien para hacer el merengue. Para hacerlo, debemos tener el almíbar a 115 ºC y la clara montada a punto de nieve.
Este es el punto más crítico de la elaboración, pues debemos llegar a la vez, así que conviene controlar bien el almíbar.
Cuando esté la clara montada, empezamos a añadir el almíbar a hilo sobre el bol de la clara montada y vamos mezclando con las varillas, pero a menos velocidad que antes, dejando caer un hilo fino y constante de almíbar sobre ellas.
Así cuajaremos las claras y haremos que el merengue se estabilice cuando se enfríe. Tras verter todo el almíbar, seguimos varillando a velocidad media mientras el merengue se enfría.
Mientras se comienza a enfriar, sacamos las gelatinas hidratadas del agua y bien escurridas las ponemos en un cazo a fuego suave hasta que se fundan.
Cuando estén bien fundidas, las añadimos al merengue junto a la esencia de vainilla y seguimos varillando. Cuando empiece a estar cada vez más denso por la acción de las gelatinas, es el momento de sacarlo.
Cogemos una placa de horno o recipiente rectangular, donde daremos forma a los malvaviscos. Lo pintamos con aceite de girasol y encamisamos con la mezcla de azúcar y almidón de maíz.
Vertemos el merengue sobre el molde, aplanamos todo lo posible y espolvoreamos más mezcla de glace y almidón. Dejamos enfriar a temperatura ambiente completamente antes de cortarlos.
Cuando esté totalmente frío lo cortamos al gusto que queramos, metemos en un bol, añadimos parte de la mezcla de azúcar glás y almidón y ya estarán listos para consumir.
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Con qué acompañar los malvaviscos caseros
Ya sea para un cumpleaños infantil o para llevarlos a una excursión, estos malvaviscos son perfectos para comerlos tal cual están, aunque también se pueden hacer a la barbacoa.
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