La corona de la Almudena es un bollo típico de Madrid que, a pesar de los pocos años de historia que tiene a sus espaldas (fue creada en 1978), adorna los escaparates de sus pastelerías cada 9 de noviembre, día de Nuestra Señora de la Almudena, patrona de la Villa de Madrid. Recuerda mucho al tradicional roscón de Reyes, pero entre ambos dulces hay diferencias.
El dulce madrileño no lleva agua de azahar, ni fruta escarchada, ni figurita o haba en su interior. Siempre va rellena, ya sea de crema pastelera, de nata montada o de trufa, y se termina con almendra laminada y, en algunos casos, con crema pastelera. Hay quien le da un toque de gracia final, una vez horneada, con un baño de almíbar, pero yo lo he omitido.
Es un bollo perfecto para compartir con familiares y amigos y pasar una tarde de fiesta endulzada por la tradición. Con esta receta sale una corona de la Almudena de tamaño generoso, excusa perfecta para organizar una reunión en casa.
Para el bollo
Mezclamos la leche templada, el azúcar y la sal en un recipiente amplio. Añadimos la mantequilla blandita, batimos. Parecerá que se ha cortado porque queda grumosa, pero esto es perfectamente normal. A continuación incorporamos dos de los huevos (el tercero lo guardamos para el final), las ralladuras de limón y naranja (o mandarina) y la esencia de vainilla. Mezclamos.
Incorporamos la levadura seca y la harina, esta última poco a poco y removiendo entre añadido y añadido. Cuando no podamos remover más, trabajamos la masa con las manos sobre la encimera durante unos 15 minutos o hasta que esté lisa y manejable. Boleamos la masa y la dejamos fermentar en un bol, cubierto con un paño limpio, durante una hora. Yo enciendo el horno al mínimo, lo apago cuando ha alcanzado esa temperatura (30ºC), introduzco la masa y la dejo levar en su interior.
Una vez fermentada la masa le damos un par de vueltas sobre la encimera para desgasificar. La colocamos sobre una bandeja de horno con papel vegetal, le damos forma de rosca y, para que no se cierre el agujero, colocamos un aro (o similar) en el centro. Tapamos la masa con el paño y la dejamos fermentar de nuevo unos 50-60 minutos.
Batimos el huevo que tenemos reservado y pincelamos con él la corona, con cuidado porque es delicada. Después la cubrimos con almendra laminada al gusto y la llevamos al horno, que ha de estar precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo, durante 25 minutos o hasta que esté dorada.
Una vez bien cocida la dejamos enfriar completamente antes de continuar con la receta.
Para el relleno
Mezclamos los huevos con la leche, el azúcar, la esencia de vainilla y el almidón de maíz en un recipiente amplio. Removemos bien hasta homogeneizar y lo llevamos al microondas, donde programamos 3 minutos a máxima potencia. Retiramos, removemos y repetimos otros 3 minutos a máxima potencia. Cubrimos con papel film, a piel, y dejamos enfriar.
Montamos la nata, que habrá de estar muy fría, junto con el azúcar glas. Cuando esté semi firmo agragamos el queso crema, también muy frío, y continuamos batiendo hasta que esté bien integrado. Incorporamos la crema fría en dos o tres tandas y removiendo bien para que se integre en condiciones. Pasamos a una manga pastelera con boquilla de estrella y guardamos en la nevera hasta el momento de usar.
Montaje de la corona
Cuando la corona esté bien fría y reposada la cortamos por la mitad, horizontalmente. Repartimos el relleno (bien frío) sobre la base del bollo y lo cubrimos con la parte de arriba. Servimos inmediatamente.
Con qué acompañar la corona de la Almudena
Un trozo de corona de la Almudena entra de maravilla a la hora del desayuno la merienda, acompañado de la bebida que solamos preparar para esos momentos del día: café con leche, cualquier infusión caliente o fría, un vaso de leche fresquita, una taza de chocolate,... Aunque lo cierto es que es saciante, contundente y se puede servir como postre. Tú decides.
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