Los crespells son una de las recetas típicas de Semana Santa en Mallorca. Se trata de unas pastas o galletas muy rústicas que se hacen con los recortes de la masa que se utiliza para hacer los rubiols, otro de los dulces típicos de estas fechas. No tienen que quedar muy delgadas, así que la masa se extiende lo justo y no se trabaja demasiado.
Lo habitual es reunirse con la familia y amigos a hacerlos. Generalmente son los niños los que se encargan de preparar estas pastas, por ser más fáciles de elaborar que los rubiols, de este modo todos participan de esta antigua tradición culinaria.
Se sirven espolvoreados de abundante azúcar molido.
Lo primero es mezclar el aceite de oliva con la manteca con las manos, deshaciendo esta última hasta conseguir una mezcla cremosa. Añadimos el resto de los ingredientes menos la harina y volvemos a mezclar hasta que obtengamos una masa homogénea.
Por último, añadimos la harina, toda de golpe y amasamos bien hasta que nos quede una mezcla uniforme. Formamos una bola, la envolvemos con papel film y la dejamos reposar media hora guardada en la nevera.
Pasado este tiempo, la estiramos con un rodillo, dejando la masa con un grosor considerable, y con los cortadores de crespells (que tienen forma de flor, estrella o corazón) formamos las pastas. Las cocemos a horno precalentado a 180º durante unos 20 minutos o hasta que estén doradas.
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Con qué acompañar los crespells
Los crespells mallorquines se sirven espolvoreados de abundante azúcar molido. Están deliciosos acompañados de un chocolate caliente para merendar, aunque lo cierto es que no necesitan demasiado acompañamiento y solos están ideales. Aunque se mantienen en perfectas condiciones durante bastante tiempo, lo mejor es que los guardéis en un recipiente hermético.
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