El crumble de ciruelas es, posiblemente, la receta tradicional británica más deliciosa. Esa capa de fruta cocida al horno con la mezcla crujiente de migas dulces en la superficie convierten a este postre en una exquisitez. Podemos acompañar de un chorrito de crema inglesa o una bola de helado de vainilla.
Es una manera fabulosa de conseguir que quienes no son demasiado aficionados a las ciruelas, las coman, aunque podemos usar otras frutas como la manzana, las fresas, los arándanos, las peras, las moras o cualquier otra que responda bien a la cocción. El crumble de ciruelas es tan fácil de elaborar y tan delicioso que lo querréis hacer a menudo.
Comenzamos por elaborar la mezcla del crumble, así la podremos dejar reposar en la frío unos minutos antes de necesitarla para cubrir la fruta. Para ello, mezclamos en un cuenco la harina, el azúcar y la mantequilla cortada en dados. Trabajamos con las yemas de los dedos hasta homogeneizar y conseguir una textura similar a migas. La dejamos reposar en la nevera.
Mientras tanto, pelamos las ciruelas y las cortamos en gajos de un tamaño lo más similar posible. De esta manera, todos los trozos se cocerán por igual, sin quedar ninguno más duro que otro. Colocamos la ciruela en una fuente de horno pequeña. Si las ciruelas nos resultan demasiado ácidas, espolvoreamos con una cucharada de azúcar (aunque esto es totalmente opcional).
Mezclamos el vino blanco dulce con la harina de maíz, removiendo para que no queden grumos, y lo vertemos sobre la ciruela. Esparcimos el crumble sobre la ciruela, procurando que cubra toda la superficie. Introducimos la fuente en horno pre-calentado a 180 ºC y cocemos durante 30 minutos o hasta que la superficie adquiera un tono dorado. Dejamos reposar unos minutos antes de servir.
Con qué acompañar el crumble de ciruelas
Aunque se puede comer frío, la mejor manera de disfrutar del crumble de ciruelas es recién hecho, cuando todavía está caliente o templado. El crumble está crujiente y en su momento óptimo de textura. Para una auténtica experiencia británica, probad a acompañarlo de un chorrito de nata líquida, de helado o de una crema pastelera ligera.