De origen inglés, se cree que el crumble no es un postre que lleve demasiado tiempo en los recetarios británicos, pues su nacimiento se estima que fue hace setenta años más o menos, cuando después de la Segunda Guerra Mundial, a cada británico como en el resto de países en posguerra, le fue asignada una cartilla de racionamiento.
Era una época difícil y la comida escaseaba en las casas. Pero en los restaurantes no se aplicaba este reparto, aunque sí estaban sometidos a una serie de requisitos que debían de cumplir, como que un menú no podía consistir en más de tres platos y ninguna comida podía costar más de cinco chelines, así, en este ambiente de penuria nació este postre sencillo hecho con ingredientes básicos de posguerra.
Ahora podemos prepararlo en nuestra casa de manera fácil y aprovechar esa fruta que ya comienza a ponerse demasiado madura en el frutero. Como es un postre muy versátil podemos añadirle cualquier variedad que tengamos, aunque casi siempre el original es preparado con frutos rojos, hoy os lo he puesto con pera y plátano, que por otra parte son algunas de las frutas que más me gustan horneadas.
Precalentar el horno a 180ºC. Pelar y trocear las peras y los plátanos en trozos pequeños. En un recipiente de cristal y que tenga tapa o bien que lo podamos tapar con film de cocina echar la fruta picada, el azúcar, la canela y la mantequilla en trocitos pequeños. Poner diez minutos a 800W en el microondas para que se cueza y nos quede como una compota.
Preparar cuatro ramequines resistentes al horno y repartir la fruta cocida entre ellos. Mientras vamos a preparar la cobertura, para ello en un recipiente echar la harina, el azúcar y mezclar bien con una cuchara. Ir echando la mantequilla fría en trocitos pequeños y con los dedos ir deshaciéndola entre la harina hasta que nos quede como unas migas. Repartir por la superficie de la fruta. Hornear durante 30 minutos.
Con qué acompañar el crumble
Este crumble de pera y plátano se debe degustar caliente o templado, mejor siempre recién hecho aunque también se podría congelar y recalentar en el momento. Los británicos lo sirven a menudo con unas natillas ligeras o bien con una bola de helado.
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