Hoy traigo una propuesta que resulta ideal para poner el broche de oro a una comida de celebración y, puesto que el Día de la Madre está a la vuelta de la esquina, me parece que este es el momento perfecto para compartirla con vosotros. Aunque se puede preparar en cualquier otra ocasión y no se necesitan excusas para ello.
Se trata de unas fresas maceradas en licor durante 24 horas, tiempo en el que la crema reposa en el congelador y toma cuerpo. Todo ello se remata con una chantilly de frambuesas a partir de nata montada y el resultado no puede ser más espectacular. Un baile de sabores y texturas para el paladar que emociona. Aunque lo mejor de esta receta es que se hace con antelación.
Si quieres preparar esta receta con otras frutas, adelante. Hay opciones interesantes que funcionaran igual de bien: cerezas, albaricoques, melocotones, ciruelas rojas, entre otras. Prueba con la que más te guste o la que tengas a mano, pero no dejes de hacer este postrazo si quieres triunfar.
Limpiamos las fresas, retirando los tallos, y las cortamos en cuartos. Las pasamos a un bol y agregamos el ron y una cucharada de azúcar. Removemos bien para integrar. Tapamos el recipiente y lo guardamos en la nevera hasta el día siguiente, momento de servir este postre.
Para la crema helada calentamos el resto del azúcar con el agua en un cacito durante unos cinco minutos, lo suficiente para obtener un jarabe. Dejamos enfriar. Cuando esto ocurra batimos las yemas con unas varillas eléctricas y añadimos poco a poco el jarabe. Obtendremos una mezcla cremosa y blanquecina.
Montamos también 200 ml de nata (reservamos el resto para el momento de servir), que habrá de estar bien fría, y la agregamos. Mezclamos con movimientos envolventes hasta homogeneizar. Vertemos la mezcla en cinco moldes individuales y los llevamos al congelador, donde dejamos que endurezca.
Unos diez minutos antes de servir, retiramos los moldes del congelador y los dejamos a temperatura albiente. Montamos el resto de la nata, que habrá de estar bien fría, junto con el azúcar glas. Machacamos las frambuesas y las agregamos, removiendo para que se mezclen ligeramente.
Acompañamos cada molde con una cucharada de la nata con frambuesa y con las fresas maceradas en ron. Decoramos con flores, menta fresca o lo que tengamos a mano. Servimos inmediatamente y ¡a disfrutar!
Con qué acompañar las fresas maceradas al ron con crema helada
El mejor momento para servir estas fresas maceradas al ron con crema helada es el del postre, pues como tal ha sido concebida esta receta. Es por ello que una copita de licor, un café o una infusión son buenas compañeras de mesa. Aunque se puede disfrutar por sí solo.
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