Creo que ya lo he dicho varias veces: me encantan los dulces con limón. En general, los cítricos aportan un sabor y una textura deliciosa a galletas, bizcochos y pasteles, pero el limón siempre tiene un lugar privilegiado en mi recetario. Por eso en cuanto vi esta receta en Los cerezos en flor me la guardé rápidamente, y tras adaptarla un poco hemos disfrutado en casa de estas deliciosas galletas de limón y tomillo.
Esa es otra virtud de la fruta cítrica, que combina de maravilla con muchas otras especias y aromáticas. El tomillo me recuerda a mi infancia en el campo murciano, donde también abundan los limoneros, y siempre que puedo se lo agrego a recetas como esta, que nos trae un aroma fresco campestre a unas pastas de textura suave. Son perfectas para acompañar el té o café de media tarde.
Trocear la mantequilla ablandada y colocar en un recipiente. Batir con batidora de varillas hasta dejarla cremosa. Aparte frotar el azúcar con la ralladura del limón, sin llegar a la parte blanca, para soltar los aromas cítricos. Añadir el tomillo y frotar más.
Incorporar el azúcar a la mantequilla y batir con la batidora hasta conseguir una textura esponjosa. Echar la miel y el zumo del limón colado por un colador y batir un poco más. Incorporar la harina, el bicarbonato, la sal y el azúcar vainillado, y batir a velocidad baja un poco. Terminar de mezclar con una espátula, envolver en plástico film y dejar en la nevera como mínimo 30 minutos.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas con papel sulfurizado o una lámina de silicona. Coger porciones pequeñas de masa con una cucharilla y dar forma redondeada con las manos. Distribuir en las bandejas dejando un par de centímetros de separación entre ellas.
Hornear una bandeja cada vez, durante unos 8-10 minutos, hasta que se doren al gusto. Esperar un poco fuera del horno para que se solidifiquen, ya que están muy blanditas recién horneadas, y dejar enfriar por completo en una rejilla. Rebozar en azúcar glasé una vez frías.
Con qué acompañar las galletas
Como comentaba al principio, estas galletas de limón y tomillo me parecen perfectas para tener en una bonita caja en casa y sacarlas para acompañar el café o el té. Si tenemos invitados seguro que agradecerán el detalle goloso. Podríamos darles un glaseado ligero preparado con azúcar glasé mezclado con un poco de zumo de limón, o dejarlas tal cual.
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