Entre los tipos de galletas hay unas conocidas como linzer que son unas pastas deliciosas con forma de sándwich, al estar formadas por dos masas unidas que encierran un corazón de mermelada. En Linz son típicas todo el año en los comercios, pero se preparan especialmente en las casas para Navidad. Si las hacemos con forma de corazón, son un bonito regalo para compartir también todo el año.
Comenzamos haciendo la masa de las galletas para ello batimos con una batidora la mantequilla y el azúcar durante tres minutos. Añadimos el huevo batido y el extracto de vainilla, batimos para añadirlos a la masa.
Vamos echando en el vaso de la batidora la harina a cucharadas, esperando que se integre antes de añadir la siguiente, hasta que se formen unas migas, momento en el que añadimos la leche para ligar un poco la masa. Formar una bola. Extender entre dos papeles de cocina un trozo de la masa con un grosor de unos 5 mm e ir cortando corazones grandes y después a la mitad de las galletas cortándole un corazón más pequeño que también horneamos como pequeñas pastas. Repetir esta operación hasta acabar.
Ir pasando a una bandeja de horno y dejar enfriar en la nevera durante quince minutos. Precalentar el horno a 180ºC. Hornear durante 15 minutos. Una vez fuera dejarlas reposar cinco minutos en la bandeja y pasarlas a una rejilla hasta que enfríen totalmente.
Para decorarlas, tendremos que calentar durante medio minuto en un cacito la mermelada. Si tiene muchos trozos pasarle la batidora hasta dejarla bien lisa y meterla en un biberón de cocina.
Extender un poco de mermelada en una galleta de las cerradas, colocar otra de las que tienen el corazón pequeño recortado y suavemente presionar para que se queden pegadas. Espolvorear con azúcar glas y rellenar con un biberón o manga pastelera hasta que la galleta quede cubierta por la mermelada. Dejarlas reposar hasta que solidifique la mermelada.
Con qué acompañar las galletas
Estas galletas linzer se pueden disfrutar el resto del año con solo cortar la masa con cortadores de distintas formas. A pesar de que van dos galletas unidas, el resultado no es una pasta seca, pues gracias a la cantidad de mantequilla que llevan y la mermelada en el interior hace que sean unas galletas muy sabrosas y crujientes.
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