Sin renunciar a nuestras tradiciones de Todos los Santos, preparar algo con motivo de Halloween siempre es divertido, sobre todo si montamos alguna fiesta o, mejor aún, si hay peques en casa. Estas galletas momia de calabaza son estupendas para hacer algo especial y entrentenido con ellos, no hacen falta moldes especiales ni un acabado perfecto.
La receta se basa en una masa de mantequilla simple rellena con una combinación de puré de calabaza asada y queso crema. Si no diéramos el acabado "momificado", podrían pasar por galletas otoñales corrientes, con un sabor delicioso que apetece mucho en esta época.
Para que la masa sea más sencilla de manejar es imprescindible dejarla reposar en la nevera, mínimo una hora, mejor dos o tres, o incluso toda la noche. Lo ideal sería trabajarla rápido para que no se caliente demasiado en la manipulación. Pero, como decía, la gracia de esta receta es pasarlo bien y en la imperfección del acabado está parte del encanto, no hay que ser un artista.
Los ojos de azúcar se venden en tiendas especializadas o en algunos hipermercados. Se pueden hacer caseros previamente con bolitas de glasa real -clara de huevo pasteurizada batida o agua mezlada con azúcar glasé hasta quedar una consistencia de pasta de dientes- y chocolate fundido o rotulador comestible.
Lo mejor es empezar con la masa el día antes, o por la mañana. Disponer la mantequilla blanda en un recipiente con el azúcar, y batir con batidora de varillas durante unos 4-5 minutos, hasta tener una crema homogénea. Agregar la sal, la vainilla y el huevo y batir un poco más.
Incorporar la harina tamizada con la pizca de levadura y batir a velocidad baja lo justo para mezclar todo. Terminar de combinar a mano con una espátula y envolver en plástico film, dando forma de disco plano, para dejar en la nevera como mínimo una hora, mejor más tiempo.
Mientras tanto, preparar la calabaza si no se tiene ya listo el puré. Asar cortada en cubos o abierta por la mitad sin las semillas hasta que la carne esté muy tierna. Quitar la piel, triturar y dejar escurrir sobre un paño o estameña encima de un colador para que suelte el agua.
Batir con el queso crema, el azúcar y las especias, tapar y reservar en la nevera. Precalentar el horno a 180 ºC y preparar una o dos bandejas.
Sacar la masa la masa, estirar sobre una superficie ligeramente enharinada o sobre dos láminas de papel antiadherente, y cortar unos 6-8 rectángulos, de unos 10 cm de largo (o al gusto). Cortar tiras de 1 cm, aproximadamente, de ancho con la masa sobrante.
Llevar los rectángulos a la bandeja de horno y cubrir cada una con un poco de la crema de calabaza, dejando un poco de espacio en los bordes. Colocar las tiras de masa recortadas por encima, entrecruzándolas como si fueran momias, presionando las juntas en el borde con suavidad.
Pintar ligeramente con la yema de huevo restante batida, y, si se desea, añadir azúcar mezclado con canela. Hornear durante unos 15 minutos, o hasta que se hayan dorado. Esperar a que se enfríen unos 5 minutos fuera del horno antes de trasladarlas a una rejilla. Una vez frías, añadir los ojos.
Con qué acompañar las galletas momia de calabaza
Lo mejor es servir estas galletas momia de calabaza en la merienda compartiendo juegos o acompañando el visionado de alguna película de temática de Halloween -siempre adaptada a la edad de la audiencia-. Si montamos una fiesta para esta celebración, podemos dejarlas en una bandeja como parte del decorado; hasta que alguien las devore. Un té calentito o algún brebaje de brujas puede ir bien para acompañarlas.