Cuántas veces nos empeñamos en elaborar complicados postres, y resulta que solo echar la mano al frutero ya tenemos una estupenda solución como este gratén de naranja y crema para salir airosos del remate de una comida, además así damos uso a esa fruta de temporada que muchas veces por pereza no nos acabamos de terminar.
Este postre de invierno se toma templado o caliente por lo que se puede realizar casi sin antelación, cuando de manera imprevista tenemos que poner algo dulce. En 15 minutos escasos podemos presentar este gratén para el que solo necesitamos unos ramequines o moldes de tartaletas no muy altos, pero que incluso si no disponemos de ellos podemos prepararlo en un molde redondo grande de unos veintidós centímetros de diámetro.
Comenzamos precalentando el horno a 200ºC. Seguidamente pelamos las naranjas y las cortamos en rodajas, dejándolas unos minutos macerar en el sirope de ágave, melaza de caña o la miel clarita, si no tenéis el sirope.
Con una batidora de varillas o a mano batir las yemas de huevo con el azúcar hasta que blanqueen. Añadir la nata, el jugo que soltaron las naranjas al macerar y la fécula de maíz o Maicena. Batir todo hasta lograr una mezcla homogénea.
Pasar la masa a un cacito y ponerlo al fuego cociéndolo tres o cuatro minutos sin dejar de remover hasta que veamos que espesa ligeramente. Repartimos la crema en los moldes, disponemos las rodajas de naranja por encima y horneamos durante diez minutos.
Con qué acompañar el gratén de naranja
Como os comentaba antes el gratén de naranja y crema es un delicioso postre de invierno que se toma caliente o templado. De todas formas alguna vez que otra me ha quedado alguno sin tomar y frío también está estupendo, aunque se aprecian más el contraste de sabores de la primera manera. Delicioso con un café o infusión al gusto.
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