En las redes sociales se popularizó hace unos años el término nicecream para desginar a los helados caseros saludables, que consisten en triturar fruta congelada, sola o con pocos ingredientes más. Esta técnica ya la compartimos en Directo al Paladar con nuestra receta de helado de dos ingredientes, y hoy presentamos el helado de mango y plátano, una versión más tropical, refrescante y muy fácil.
Ahora que los plátanos se ponen maduros a la velocidad del rayo, es el momento perfecto para aprovechar los que ya están blanditos y congelarlos. Solo hay que pelarlos y cortarlos en trozos pequeños -tienen que conservar aún una textura algo sólida, no estar completamente pasados- para introducirlos en bolsas de congelación.
Evitaremos que se peguen en bloques si primero los disponemos en una sola capa, sobre una bandeja cubierta con papel antiadherente o plástico film, congelándolos una o dos horas antes de guardarlos en la bolsa de cierre zip. El mango se congela igual, pelado y troceado, o podemos usar las bolsas comerciales con mango natural ultlracongelado que venden en muchos comercios.
Solo con estas dos frutas tendríamos un helado muy sabroso, pero para darle más cremosidad hemos añadido queso crema. Se puede sustituir por mascarpone, quark, yogur griego natural, skyr o por queso fresco batido desnatado, para versiones algo más ligeras. La leche de coco, la de lata sin desnatar, es un buen sustituto vegetal, añadiéndola fría y bien agitada.
Si nuestra fruta estuviera excesivamente congelada -de varios meses- y extremadamente dura, conviene esperar unos minutos antes de triturarla, pues podríamos estropear el motor o las cuchillas de nuestro robot. Hay que procurar también no introducir escarcha o restos de hielo.
Disponer en el vaso o recipiente del procesador de alimentos, trituradora, batidora o robot, el plátano y el mango troceados congelados. Añadir un chorrito de leche y el limón, y empezar a triturar, en tandas cortas y removiendo con una espátula si fuera necesario, hasta formar una masa aún muy congelada.
Incorporar el lácteo elegido -o leche de coco- y repetir la operación hasta tener una crema aún algo granulosa. Añadir la vainilla, si se desea, remover un poco con la espátula y triturar unos golpes más hasta tener una buena textura cremosa. Se pueden dejar pequeños trocitos de mango triturar por completo.
Se puede tomar ya directamente, pero si lo queremos más sólido para sacar bolas, hay que congelarlo unos minutos. Llevar a un recipiente apto para el congelador, tipo táper o un molde pequeño de plumcake forrado con plástico film. Compactar y llevar al congelador. Comprobar la textura pasados 10-15 minutos, hasta que esté al gusto.
Con qué acompañar el helado de mango y plátano
Unas hojitas de hierbabuena o menta fresca le van muy bien a este frutal helado. Si nos gustan los toppings crujientes, frutos secos picados, tostados o en formato crocanti, siempre son una buena opción, además de la clásica galleta de barquillo. Chocolate negro de alto porcentaje en cacao es otra buena idea a considerar, tanto picado directamente como derretido. Las bayas frescas como arándanos o frambuesas le van muy bien a los sabores tropicales y aportarán un punto más ácido.
Si nos ha sobrado o tenemos que guardarlo más tiempo en el congelador, se pondrá muy duro; bastará con sacarlo unos minutos antes de servir, o dejándolo algo más de tiempo en la nevera. Cuando se pueda introducir la cuchara, podemos volver a triturarlo con el robot para devolverle su textura cremosa.
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