La receta del irresistible cheesecake de tres ingredientes ya está aquí ¿te animas a probarla?

Comenzamos preparando un molde desmoldable de 18 centímetros. Engrasamos con mantequilla la base y paredes y forramos estas últimas con papel sulfurizado. Cubrimos el exterior con papel de aluminio para que no filtre el agua durante la cocción, pues lo vamos a hornear al baño maría.

Troceamos el chocolate y lo fundimos en el microondas, con cuidado pues se quema con facilidad. Por ello lo haremos con golpes de calor cortos, de unos 30 segundos, removiendo entre golpe y golpe. Paramos cuando todavía se noten los trozos de chocolate y dejamos que se funda completamente con el calor residual.

Separamos las claras de las yemas. En un cuenco limpio y bien seco, batimos las claras a punto de nieve con ayuda de unas varillas eléctricas. Si las claras están a temperatura ambiente y les agregamos un pellizco de sal, subirán mejor. En otro cuenco, batimos las yemas con el queso crema, removiendo hasta integrar bien.

Mezclamos el batido de queso y yemas con el chocolate. Mejor que usemos la batidora porque el chocolate tiende a endurecerse y, si lo hacemos manualmente, la tarea es más dura. Agregamos las claras montadas. Lenta y suavemente, agregando una pequeña cantidad y removiendo hasta homogeneizar antes de proceder a agregar más. Removemos de abajo hacia arriba, para no perder el aire incorporado con el batido.

Vertemos la masa en el molde y cocemos en el horno pre-calentado a 170ºC, dentro de una bandeja con agua, durante seis minutos. Bajamos la temperatura a 160ºC y cocemos durante 15 minutos más. Una vez finalizado el tiempo de cocción, apagamos el horno y dejamos atemperar en su interior sin abrir la puerta para que no se baje el cheesecake. Antes de desmoldar, dejamos enfriar completamente fuera del horno.

Con qué acompañar el cheesecake o tarta de queso de tres ingredientes

Un dulce tan delicioso como este cheesecake o tarta de queso de tres ingredientes puede ser consumido como postre, como merienda, a media mañana, etc. Es un bocado esponjoso, con un punto de dulzor justo y muy suave. Se puede servir con una copita de vino dulce, con un té o café, con un simple vaso de leche fresquita o por si solo. Sea como fuere, el disfrute está garantizado.