Ya sé que la miel tiene amigos o enemigos, casi no hay un término medio, pero lo cierto es que estas magdalenas caseras tampoco tienen un sabor excesivo, y todo depende de la variedad que usemos. Con el toque de vainilla el aroma se suaviza y queda muy equilibrado, pero si os apasiona el sabor de la miel de calidad, no hace falta añadirlo.
Comenzar precalentando el horno a 170ºC. Batir la mantequilla a temperatura ambiente, el azúcar, la miel y la vainilla, si se quiere añadir, con varillas o una batidora hasta que se vea cremoso. Añadir los huevos uno a uno y por último la harina con la levadura. Remover todo bien y añadir la leche hasta formar una masa blandita.
Preparar 12 cápsulas de papel en un molde de muffins metálico. Repartir la masa con una cuchara o un racionador de helados. Hornear durante 23-25 minutos. Una vez fuera del horno dejarlas reposar cinco minutos en el molde y pasar a una rejilla para que acaben de enfriar.
Con qué acompañar las magdalenas
Estas magdalenas de miel son ideales para desayunar ocasionalmente, con un buen vaso de leche fría o con el café que nos guste por la mañana o a media tarde. En una lata hermética se conservan unos dos o tres días frescas, y congelan estupendamente.
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