Es la primera vez que preparo este postre navideño. Y es que lo cierto es que los dulces tradicionales de esta época del año no son las que más me gustan, pero reconozco que no me costaría acostumbrarme a esta receta de mantecados de almendra que os explico para hacer con y sin Thermomix, porque están deliciosos.
Si tenéis cortadores con formas navideñas usadlos para moldear estos mantecados, incluso podéis combinar distintos modelos. Yo usé moldes de estrellas de distintos tamaños. Me hubiera gustado que vierais a mis sobrinos peleándose por las más grandes.
Si usamos la Thermomix, ponemos en el vaso el azúcar y la piel de limón. Pulverizamos 15 seg/vel 10. Retiramos a un bol y reservamos. Ponemos en el vaso las almedras picadas, la manteca, la harina, la levadura, la canela, la clara de huevo y 180 g del azúcar reservado. Mezclamos 10 seg/vel 6. Retiramos la masa del vaso, la envolvemos en papel film y la dejamos reposar 15 minutos en la nevera.
Si no usamos Thermomix, pulverizamos el azúcar con ayuda del túrmix. Rallamos la piel de limón y la mezclamos con el azúcar. Ponemos 180 g de esta mezcla en un bol, junto a las almendras picadas, la manteca, la harina, la levadura, la canela y la clara de huevo y mezclamos hasta obtener una masa homogénea. La envolvemos en papel film y la dejamos reposar en la nevera unos 15 minutos.
Para las dos preparaciones, espolvoreamos con harina la superficie de trabajo y extendemos la masa con un rodillo hasta que quede de 1 cm de grosor. La cortamos con ayuda de un cortapastas y vamos colocando los mantecados en una bandeja de horno forrada con una hoja de papel de hornear. Los cocemos a horno precalentado a 180ºC durante 8 o 10 minutos, con cuidado de que no se quemen. Los dejamos enfriar y los espolvoreamos con el resto de azúcar molido.
Con qué acompañar los mantecados de almendra
Os aconsejo guardar estos mantecados de almendras en una caja hermética, pues son muy crujientes y de esta forma se mantendrán en perfectas condiciones. Aunque de todos modos sé que os pasará como a nosotros, que nos los terminamos de una sola sentada. Servidlos bien espolvoreados de azúcar molido.
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